Muchas veces las personas hacen cosas que van en contra de sus prioridades de lo que verdaderamente les es importante. Por ejemplo, nadie pone como objetivo endeudarse durante una venta especial, pero muchos lo hacen y con ello merman su capacidad de ahorro, al comprometer su flujo de efectivo presente y futuro.
¿Por qué sucede esto? Simplemente porque esas personas no saben, no tienen claro cuáles son sus prioridades. A nivel filosófico quizá sí: si uno les pregunta quizá digan que la felicidad, la libertad, la seguridad de su familia, vivir experiencias o disfrutar la vida al máximo. Pero no se han traducido a metas concretas.
En otras palabras, si a uno le interesa la seguridad de su familia, en términos concretos, ¿qué significa? ¿Poner rejas y muchas cerraduras en toda la casa, o tener la tranquilidad de que nuestra familia estará protegida si algo malo sucede?
La respuesta es diferente para cada persona, sin embargo, es algo en lo que todos tenemos que pensar. De esta manera podremos elaborar metas financieras claras que tomarán prioridad en nuestro plan financiero.
El primer dinero que ganamos cada mes será para eso, para lo que hemos definido que es más importante para nosotros.
El dinero es escaso, el tiempo también
Yo me doy cuenta todos los días de que el tiempo no me alcanza para hacer todo lo que me he propuesto. Entonces tengo que usarlo de manera efectiva y poner primero lo primero: las cosas más importantes primero en mi calendario y después todo lo demás.
Muchos hacen precisamente lo contrario: destinan tiempo a los compromisos aunque no agreguen valor y a resolver cosas urgentes que no pudieron atender en su momento y dejan de lado lo más importante. Muchos padres dejan de pasar tiempo con sus hijos, por ejemplo.
Con el dinero pasa lo mismo. Es escaso y nunca nos va a alcanzar para todo. Por eso es importante dirigir lo primero que ganamos cada mes —o quincena— tan pronto lo recibimos a las cosas que son más importantes y después, atender todo lo demás.
En lugar de eso, muchas personas hacen lo contrario también. Reciben su sueldo y lo empiezan a gastar en compromisos o en cosas del día a día que tienen poca importancia.
Otros lo destinan a pagar sus deudas, aquellas cosas que compramos con dinero que aún no habíamos ganado. Por ello decimos que las deudas comprometen nuestro flujo de efectivo futuro: cada mes tendremos que pagar parte de esa obligación que contrajimos, tenemos que destinar parte de nuestro ingreso hacia ello. Entonces tendremos menos dinero para las cosas importantes, para ahorrar o construir un patrimonio.
Muchos se quejan de que el dinero se les va de las manos tan rápido como llega y es por eso: dejan de dedicar recursos a las cosas importantes por pagar aquellas que no lo son tanto.
Cambiar el paradigma
Es claro que tenemos que empezar a cambiar nuestra situación y la forma como vemos y manejamos nuestra vida. A destinar todos nuestros recursos escasos —tiempo y dinero— primero a las cosas que verdaderamente nos importan. De lo contrario mucho de lo que hagamos carecerá de verdadero sentido y seguiremos viendo cómo la vida — y nuestro dinero— se nos va de las manos.
Te invito a que hagas una reflexión para determinar aquellas cosas que realmente son importantes para ti y a que construyas metas financieras que reflejen tus prioridades. Tenerlas claras es el primer paso para poder realmente hacer un cambio positivo en todos los aspectos de tu vida.
Diario El Economista de México
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)