[FOTOS] Inteligencia Artificial aplicada en la industria automotriz

Hace pocas semanas Tesla, compañía fundada por el emprendedor e innovador Elon Musk y dedicada al diseño, fabricación y venta de automóviles que funcionan con energía 100% eléctrica, señaló que estaba en proceso de incluir tecnologías propias de Inteligencia Artificial (IA) en los vehículos autónomos que la compañía tiene como prototipos. Si bien Tesla ya viene utilizando IA, lo hace a través del servicio tercerizado de Nvidia. Con una tecnología de la casa (a implementarse en el 2019), el nuevo chip desarrollado por la empresa de Musk será capaz de reducir 2,000 fotogramas por segundo, lo que iniciará el camino para que los vehículos de Tesla integren IA y asistentes de voz.

Esta noticia marca la importancia de que las empresas automotrices desarrollen sus propios robots de asistencia de voz, calibrados de acuerdo con las características particulares de cada marca y modelo. Fabricantes como BMW y Mercedes-Benz ya han hecho uso de los asistentes virtuales de Apple y Amazon; sin embargo, la experiencia resulta limitada debido a que las instrucciones disponibles a nivel de asistente de voz todavía no están asociadas a las funcionalidades propias de un auto.

Más allá de las fuentes energéticas, ergonomía y diseño de vanguardia, el siguiente paso tecnológico de la industria automotriz será el perfeccionamiento de la conducción autónoma. Su éxito estará basado en cuán sensibles sean los asistentes de voz a las instrucciones del conductor. Google ya tiene un historial de desarrollo en ese sentido con Google Assistant, asistente de voz que fue lanzado en mayo del 2016. Sobre la base de este esfuerzo es que el gigante tecnológico ha podido repotenciar Waymo, empresa dedicada a la fabricación de vehículos autónomos fundada por Google en el 2009.

ANTECEDENTES DE IA EN AUTOS
Para dimensionar la importancia de que el asistente de voz sepa cómo responder con inteligencia, a las instrucciones del conductor, repasemos el caso del conflicto judicial entre Waymo y Uber. A inicios del 2017, se hizo público el supuesto robo de la tecnología para vehículos autónomos de Google por parte de Anthony Levandowski, ingeniero posteriormente contratado por Uber. Se trataba de la presumible usurpación de 14,000 archivos que derivó supuestamente en la creación consecuente del vehículo autónomo de Uber. Según informó CNBC en febrero del 2018, la controversia culminó con un pago de US$ 245 millones y una transferencia accionarial del 0.34% de Uber a Waymo.

La conducción autónoma de un vehículo parece empezar a tomar más importancia en la compañías tradicionales de autos. Al respecto, Maarten Sierhuis, director del Centro de Investigación de Nissan en Silicon Valley, enfatizó recientemente en la “Cumbre del Vehículo” en Londres lo siguiente: “En la actualidad, la tecnología de conducción autónoma está causando gran emoción. Ésta promete incrementar más que nunca la seguridad de conductores, pasajeros y peatones en nuestras calles. Igualmente, ofrece la posibilidad de una nueva forma de libertad de movilidad para gente de todo el mundo.”

CASO TOYOTA
Por su parte, Toyota invirtió durante el 2015 más de US$ 1,000 millones en EE.UU., con el objetivo de hacer investigaciones en materia de IA y robótica. El reconocimiento de lenguaje y de voz son prioridades para la compañía japonesa en sus bríos hacia este desarrollo tecnológico.

La industria automotriz se halla en un contexto en que los big names se dividirán entre early adopters y late adopters. Aquellas compañías que más posterguen su apuesta por recoger los avances de la IA, serán las que mayores dificultades tengan por captar las nuevas preferencias de los consumidores de un futuro no tan lejano.

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