De acuerdo al estudio “Nuevo Siglo, Viejas Disparidades” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las mujeres latinoamericanas ganan en promedio un 17% menos que los varones. Pero en algunos países esa diferencia es más pronunciada, como son los casos de Brasil y Chile.
Históricamente, según informó BBC Mundo, estos dos países mantienen una de las brechas salariales más altas de la región. En Brasil, mientras se ha logrado avances en este sentido, en el último año Chile ha mostrado retrocesos, según revela el último ranking de Igualdad de Género elaborado anualmente por el WEF (Foro Económico Mundial).
En promedio, los hombres chilenos ganan más que el doble que sus pares femeninas. Este factor de baja paridad salarial los ubica en el puesto 110 de dicho ranking, lo cual muestra una baja de cuatro puestos respecto al año anterior. Brasil, por su parte, ha logrado avanzar en este aspecto.
Pero si bien Chile es la nación sudamericana con peor brecha salarial, el problema no es exclusivo a este país, como demuestra la ubicación en el ranking de sus vecinos del Cono Sur: Argentina (91), Paraguay (100), Brasil (120), Bolivia (121) y Uruguay (122).
Explicaciones
Hugo Ñopo, autor del estudio del BID, indicó que uno de los motivos principales por el que las mujeres latinoamericanas ganan menos es que muchas de ellas trabajan menos horas.
“Un cuarto de las mujeres en la región trabaja medio tiempo comparado con sólo 1 de cada 10 hombres”, detalló el especialista a BBC Mundo.
“Como en la región no existe casi la modalidad del trabajo part-time la mayoría de estas mujeres debe crear su propio empleo, lo cual genera menos ingresos”, explicó Ñopo. El motivo detrás de este fenómeno es claro: para que las mujeres puedan ocuparse de sus familias, deben trabajar menos horas.
“Es una cuestión cultural: las mujeres eligen carreras y trabajos que pagan menos”, dijo la economista Claudia Sanhueza, profesora del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales, en Chile.
Según la experta, muchas mujeres se “autolimitan” al elegir su profesión, ya sea porque algunas carreras son consideradas más masculinas o porque optan por priorizar su vida familiar. “Cuando estudiaba ingeniería civil en la Universidad de Chile éramos diez mujeres de un total de 150 alumnos”, ejemplificó.