¿Alguna vez ha sentido que la gente tiene una impresión equivocada de usted en el trabajo? Tal vez ha sido catalogado como arrogante después de que abogó por su proyecto, o como monigote luego de que una negociación salió mal.
¿Cómo puede cambiar la percepción que otras personas tienen sobre usted? ¿Debería abordar directamente el tema de la mala reputación? ¿O debe enfocar sus esfuerzos en cambiar su comportamiento? Carolyn O’Hara se pregunta en su artículo de Harvard Business Review.
Lo qué dicen los expertos
Puede ser frustrante cuando los demás no nos ven como pretendemos. “Pero nos olvidamos de que tenemos mucha más información acerca de nosotros mismos de lo que tienen los demás”, dice Heidi Grant Halvorson, autora de “No One Understands You and What to Do About It”.
También nos olvidamos de que casi todas nuestras acciones pueden ser interpretadas de múltiples formas. Tomemos el ejemplo de llevar a alguien una taza de café. Es posible que su intención sea realizar un buen gesto, pero otros pueden interpretarlo como el primer paso para pedirle un favor a alguien. No caiga en la tentación de decir que el entendimiento de alguien sobre la situación está equivocado, dice Dorie Clark, autora de “Reinventing You and Stand Out”.
“La percepción de una persona puede ser diferente de lo que usted cree es la verdad, pero no es necesariamente incorrecta”, afirma Dorie. “Es real para ellos, y la responsabilidad está en usted, y no ellos, de trabajar para cambiar la dinámica”. Harvard Business Review brinda estos consejos para cambiar su reputación en el trabajo.
Sea directo sobre el tema
Cuando sabe que ha causado una mala impresión, o cree que está siendo calificado injustamente, puede ser útil enfrentar esa percepción errónea de forma directa. Si piensa que puede haber ofendido a un colega, acérquese a pedir disculpas. Si se ha retrasado en entregar dos informes de manera consecutiva, acérquese a su jefe para reconocer que este es un problema que no volverá a suceder.
“Reconocer el problema demuestra que usted es consciente de ello”, dice Clark. Esto también puede iniciar el proceso de cambiar la forma en que es percibido. De lo contrario, “la asociación negativa seguirá empeorando y fortaleciéndose en la mente de la gente”, agrega. Sin embargo, Grant Halvorson opina, “No siempre tiene que discutir el tema directamente. Pero si hay una especie de mea culpa incluida, a menudo es una buena idea”.
No se ponga a la defensiva.
Si al final llega a abordar directamente esa mala percepción sobre usted, asegúrese de no enojarse ni lanzar difamaciones. “No puede entrar en la conversación diciendo: ‘Sabes, creo que desde nuestra última reunión, me ves como un idiota, pero no lo soy’”, dice Grant Halvorson. “Básicamente, está acusando a la persona de malinterpretarle”. En vez de eso, acepte que algunas personas pueden verlo de cierta manera y pida disculpas si es necesario. Luego dirija sus esfuerzos en crear una imagen que usted piensa es un reflejo más fiel de su verdadero yo.
Busque oportunidades para trabajar juntos
No basta con decir que usted no es un monigote, ni con hacerse valer por sí mismo una sola vez. “Ser amable una vez no es suficiente para borrar una impresión inicial de que usted es arrogante”, comenta Grant Halvorson. Tiene que dar pruebas de lo contrario, y cuanto más a menudo, mejor. “La frecuencia es su amigo”, dice ella. Una forma inteligente de lograr esto, especialmente si no se encuentra a menudo con la persona que está tratando de convencer, es trabajar con él o ella de forma voluntaria. No solo tendrá más oportunidades de cambiar su opinión, la persona se sentirá más motivada a ablandar su postura hacia usted. “Cuando tienen que trabajar estrechamente con usted, está dentro de sus propios intereses prestar mucha atención en quién es usted”, dice Clark. Grant Halvorson está de acuerdo. “Ellos piensan: ‘Si voy a tener éxito, necesito que trabajes bien conmigo’”, y eso realmente hace que la gente se motive” a abrir sus mentes, anota.
Adopte un cambio
Puede ser difícil cambiar la mentalidad de la gente cuando su reputación está en juego, “usted tiene que dar más”, dice Clark. Si tiene una reputación de llegar tarde al trabajo, “entrar en la oficina a las 9:01 am es un problema”, porque está demostrando que las suposiciones de la gente son correctas. En su lugar, necesita llegar a las 8:45. Si usted cree que ofendió a alguien con un comentario fuera de lugar, debe tener mucho cuidado con lo que dice. Y si su jefe piensa que usted es el participante más pasivo en las reuniones, tiene que empezar a compartir contribuciones más frecuentes y meditadas. “Tiene que reformularse a sí mismo y tal vez ir en contra de los estereotipos”, dice Clark. “Pero con el tiempo, una vez que la percepción de la gente comience a cambiar, puede migrar hacia el centro, donde se siente más cómodo”.
Busque un área en común
“Encontrar un área en común motiva a la otra persona a pensar en el ‘nosotros’ en lugar de ‘ellos’”, dice Clark. “Van a estar mucho más receptivos a escucharlo y asimilar lo que usted diga”. El rasgo compartido puede ser relativamente intrascendente: Vivir en el mismo barrio, usar la misma marca de zapatos, o querer mucho a los perros. “La gente va a hacer una especie de recategorización inconsciente de usted” cuando crean que ambos tienen algo en común, dice Grant Halvorson. “Van a pensar, ‘queremos las mismas cosas y tenemos el mismo objetivo’. Y tenemos una actitud mucho más positiva hacia las personas que están ‘dentro de’ nuestro grupo”.
Si usted no siente que está logrando mucho progreso con alguien, otra estrategia es pedirle a esa persona algún consejo. “Por lo general la persona se sentirá halagada”, dice Clark, “y cambia la dinámica porque se está haciendo a sí mismo vulnerable a ellos”.
Tenga paciencia
No espere resultados de la noche a la mañana. Si quiere saber cuánto tiempo tardará el cambio en la percepción de alguien, Grant Halvorson recuerda esta regla de oro: “más de lo que usted desee”. Depende por supuesto de muchos factores, incluyendo cuán extrema es la diferencia entre la impresión que usted causó y la impresión que desea impartir, y el número de oportunidades que tiene para lograr su objetivo. “Cuanto más fuerte es la impresión, más tiempo va a tomar en cambiar”, dice ella. Clark recomienda darse unos meses. Pero no deje que esto lo desanime. “Solo piense: Si comienza ahora, usted puede comenzar a dar vuelta la marea”, afirma.
Principios para recordar:
Qué hacer:
Abordar el problema de forma directa, especialmente si usted estaba equivocado.
Si desea que una impresión más positiva permanezca en la mente de alguien, tiene que ofrecer dicha impresión en varias ocasiones.
Busque características que comparte con la persona. Las áreas en común ayudarán a mejorar su postura.
Qué no hacer:
No acuse a las personas de estar equivocadas acerca de usted. Su percepción es su percepción, y le toca a usted ayudar a “corregirla”.
No evite trabajar con la persona. Cuanto más esté junto a ellas, mejor.
No espere que la gente cambie de parecer de inmediato. A menudo toma tiempo cambiar la percepción de alguien.