El favoritismo ejercido de la manera incorrecta puede perjudicar al equipo. Sin duda, desencadenará resentimiento entre los colaboradores en un contexto en que la cooperación es vital para el éxito de las firmas.
A continuación, ocho recomendaciones para lidiar con el favoritismo:
Averigüe si usted es realmente una víctima
Si considera que su nombre está en la lista de empleados que son “pasados por alto”, es momento de ser sincero consigo mismo, para asegurarse de que no está jugando un papel que -quizá- no le corresponde: el de víctima.
Si la persona que está siendo favorecida funciona mejor que usted, es hora de centrarse en su desempeño, procure superar el rendimiento de quien está siendo favorecido.
Converse
Hágalo diplomáticamente. No interesa el tiempo de mandato del jefe. Mantenga la tranquilidad, sea claro y conciso. Comente con prudencia sus sospechas (de favoritismo), pero evite discutir o generar un enfrentamiento verbal porque será contraproducente, pues generará que su superior actúe a la defensiva.
Trabaje duro
Sea profesional y haga su parte para demostrar su preocupación por el equipo, los clientes y la organización. No permita que el favoritismo no saludable afecte su profesionalismo.
Entienda los motivos de ese trato especial
¿Es una amistad o relación? ¿Esto obedece a una historia o experiencia común entre el jefe y el ‘favorito’? ¿Es simplemente una cuestión de costumbre o de confianza? Saber esto puede ayudarle a determinar si se trata de favoritismo justo o injusto.
No ponga barreras con el favorecido
Quizá no sea culpa de dicha persona el trato especial que recibe. En cualquier caso, no actúe como si estuviera todo el tiempo enojado con el empleado en cuestión, no coloque barreras en la comunicación. Simplemente, mantenga una relación profesional con ese colaborador.
Sea positivo
Mantenga una actitud positiva y proactiva. Permitir que afecte a su rendimiento o moral sólo crea una espiral descendente. Si sospecha de favoritismo negativo en la oficina, evite caer en la tentación de correr chismes o rumores, dedíquese a su trabajo.
Sea paciente
Si el colaborador favorecido no merece un trato privilegiado, lo usual es que el jefe -finalmente- se dé cuenta de la realidad. Por ello, asegúrese de actuar de forma profesional y enfocarse en sus responsabilidades.
Acuda a Recursos Humanos
Si se trata de un favoritismo injusto, que desalienta una competencia sana entre todos los empleados, entonces es altamente perjudicial pues pronto afectará la productividad del equipo. En estos casos, la clave está en acudir al área de Recursos Humanos.