“Los países y las empresas que promueven la igualdad de género avanzán más rápido, más lejos y mejor”, argumentó Michelle Bachelet, directora ejecutiva de ONU Mujeres y ex presidenta de Chile.
Dicho argumento lo sustentó con cifras: “Las empresas que tienen más mujeres en su junta directiva o la alta dirección superan su rendimiento en un 53% en comparación de aquellas en las que no hay ninguna mujer”.
Para que no quepa duda, mencionó el ejemplo de Noruega: “Fue el país pionero, pues demostró que no sólo es posible tener más del 40% de mujeres en los directorios, sino que le hace bien a la empresa y a la economía”.
Efecto multiplicador
También recalcó que “una mayor igualdad de género se correlaciona con un mayor PBI per capita” y un mayor crecimiento económico, puesto que el empoderamiento de la mujer tiene un “efecto multiplicador en la sociedad”.
“Por estudios sabemos que cuando tienen un ingreso, el 90% lo dedican a elementos esenciales, a la salud, a la educación, a la alimentación y a generar ingresos para otros”, dijo tras saludar la realización en Perú de la conferencia internacional “Poder: la mujer como motor del crecimiento e inclusión social”.
Además, argumentó que el acceso de las mujeres a la tierra y otros insumos agrícolas redunda en un incremento de la productividad agrícola de hasta un 5% y ayuda reducir la hambruna.
“Se dice que entre 100 y 150 millones de personas pueden salir del hambre si le diéramos a las mujeres del campo las mismas características y capacidades que hoy tienen los hombres”, resaltó.
Crecimiento y mujeres
Bachelet dijo que “invertir en mujeres no sólo es justo (la mujer son más o menos la mitad de la población de cada país), sino que es una manera inteligente de asumir los desafíos que enfrentamos”.
“A pesar de toda la evidencia, la mujer sigue estando atrás. Y esto tiene un impacto en la descaleración del crecimiento económico, pero, por sobre todo, en la falta de avance de los derechos de las mujeres. Y, por lo tanto, cuando la mitad de la sociedad está sin avance, las naciones también no avanzan. Cerca de 1,000 millones de mujeres no son capaces todavía de alcanzar todo su potencial como persona y a nivel económico”, sustentó.
Mencionó que América Latina y el Caribe experimentaron su “época dorada” de más rápido crecimiento entre el 2003 y 2011, pero pese a todo las mujeres en la región “siguen estando debajo de la mesa donde se toman las decisiones políticas y donde suceden los mayores éxitos económicos”.
“Pero las mujeres también hicieron un aporte a través del trabajo remunerado, incluido las remesas de los migrantes que permitió incrementar el ingreso de los hogares, y a través del trabajo remunerado que brinda al hogar elementos de bienestar que no se puede adquirir en el mercado”, enfatizó Bachelet.