Si la compañía detecta deficiencias de liderazgo en el jefe de un equipo de trabajo, entonces debe tener en cuenta los antecedentes del mismo. De haber sido un líder eficiente, responsable y motivador hace poco tiempo atrás, es probable que se trate de una persona con ciclos de liderazgo. De ser así, resulta necesario sacarle el máximo provecho solo para determinados proyectos.
Existe otro tipo de jefes que, de pronto, se quedan sin energía para continuar encabezando un grupo, por lo que es recomendable brindarles una segunda oportunidad, dándoles tiempo suficiente para superar sus problemas y recobrar la confianza perdida en ellos mismos.
En tanto, la empresa debe buscar que haya una conexión entre las habilidades de sus principales jefes y sus respectivas responsabilidades o funciones. El adecuado rendimiento está garantizado, si se refuerzan las competencias y habilidades.
Asimismo, los jefes no deben sentirse constantemente fiscalizados por sus superiores, a fin de evitar que se genere inseguridad en ellos. Por esta razón, cuando los líderes de una empresa se sienten inseguros y temorosos pueden cometer más errores en cuanto al cumplimiento de los objetivos trazados.
“El liderazgo motivador caduca y es difícil mantenerlo para siempre. Pasado un año y medio o dos años se extingue la capacidad para mantener la motivación alta”, de acuerdo Ovidio Peñalver, socio director de Isavia, en información recogida por Expansión.com.
No obstante, en palabras de Peñalver, “hay líderes que son capaces de generar un grupo tan maduro que funciona solo. Pueden permitirse el lujo de levantar el pie del acelerador, porque son capaces de reconectar intermitentemente”.
Por su parte, Jesús Vega, experto en recursos humanos, sostiene que a un buen líder “no se le acaban las ideas”. Caso contrario ocurre con quienes son “solo jefes”.