La soledad es un sentimiento que nos gustaría evitar. Las investigaciones muestran que es algo terrible para nuestra salud; disminuye el rendimiento cognitivo y el sistema inmunológico, aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y la demencia y acelera una muerte prematura. Y los efectos psicológicos son igual de malos; los estudios demuestran que las personas necesitan fuertes conexiones sociales para sentirse felices y encontrar sentido a sus vidas. Incluso muchos de nosotros de hecho preferiríamos recibir leves descargas eléctricas que estar solo.
Uno podría pensar que la conectividad tecnológica nos ha salvado o pronto nos salvará de la plaga de la soledad. Pero al parecer nos sentimos más aislados que nunca. De acuerdo con un informe publicado en The Atlantic, uno de cada cuatro estadounidenses admite no tener a nadie con quien discutir asuntos importantes, en comparación con uno de cada diez hace 30 años; y una encuesta del 2013 realizada por Lifeboat encontró que el estadounidense promedio solo tenía un amigo de verdad . El periódico The Guardian afirma que podríamos haber entrado en la “era de la soledad”.
¿Por qué? Porque hay una diferencia entre estar rodeados o vinculados a otras personas y vivir momentos de genuina conexión humana con ellas. Como dijo el escritor Richard Bach: “Lo contrario de la soledad no es estar juntos, es la intimidad”.
¿Qué pueden hacer los lectores de HBR al respecto? Dado que la mayoría de nosotros pasamos gran parte de nuestro tiempo en el trabajo, vamos a empezar la lucha contra la soledad allí. Las empresas y los líderes que quieren empleados felices y productivos deberían hacer que su trabajo fomente una mayor intimidad en la oficina. Por supuesto que es posible para un gerente producir amistades profundas y significativas con o entre los empleados. Pero es posible impulsar más momentos de conexión entre compañeros de trabajo. A continuación seis técnicas para lograrlo:
Camine. En la conferencia TED de Nilofer Merchant “¿Tiene una reunión? Dé un paseo”, ella señala: “Hoy en día, las personas están sentadas 9.3 horas al día… El estar sentado se ha convertido en el tabaquismo de nuestra generación”. Su solución a esta crisis de salud es tener reuniones caminando, y creo que esto también puede ayudar a resolver la epidemia de la soledad. Al salir de la oficina y hacer un poco de ejercicio con algún colega, se sentirá inmediatamente más cercano a ellos, especialmente si el paseo es entre dos personas.
También se volverán más productivos e innovadores juntos. El neurocientífico John Medina, autor de “Brain Rules”, dice que 1.8 millas por hora es el ritmo de reunión más productivo, mientras que un reciente estudio de Stanford indica que las personas son 60% más creativas al caminar. En la empresa de diseño NBBJ, los empleados han tomado estas conclusiones muy en serio. En lugar de reuniones con todos sentados siguiendo agendas tradicionales, ahora tienen “reuniones caminando” complementadas con “itinerarios”.
Juegue a la ruleta. La idea de la ruleta del almuerzo no es nueva, pero sigue siendo una forma útil de obtener perspectiva al dejar la zona de confort, aunque solo sea para una comida rápida. Después de almorzar con un compañero de trabajo, es difícil no decirle hola en el pasillo, y quizás la nueva relación podría convertirse en una colaboración fructífera. Las empresas pueden optar por juntar empleados al azar, o animar a la gente a buscar sus propias fechas de almuerzo. Incluso hay aplicaciones para esto: Spark Collaboration, una startup en Nueva York nacida de Randomised Coffee Trails (RCT) en el Reino Unido, acaba de ganar el primer Premio de Compromiso de los Empleados en América del Norte por su plataforma que “une a las personas al conectarlas con gente con la que no se reuniría normalmente”.
Provoque sorpresas. Las sorpresas crean las emociones más auténticas e íntimas porque nos cogen por sorpresa. Empresas como Surprise Industries –fundadas sobre la idea de que “la vida es más valiosa cuando sacudimos la rutina y aceptamos las sorpresas“– ofrece consejos, experimentos e incluso una “Academia de Sorpresa”, que enseña a los participantes cómo incluir mayor sorpresa en sus vidas. Esta práctica está ganando terreno en el mundo de los negocios: Etsy, por ejemplo, tiene un “Ministerio de negocios inusuales”, una sociedad secreta de empleados encargados de inyectar agradables sorpresas en el trabajo diario.
*Busque una presencia significativa. Priya Parker, fundadora de Thrive Labs, y su esposo, el escritor Anand Ghiridharadas, tienen una tradición que ellos llaman los días “Estoy aquí”. Ellos invitan a una docena de amigos a guardar sus teléfonos inteligentes y pasar un día entero explorando una parte de la ciudad de Nueva York con ellos. La idea es motivar a la gente a estar “densamente presente” en vez de distribuidos débilmente. Imagínese aplicar este concepto en el trabajo; en lugar de comprometerse a una reunión de una hora para avanzar un proyecto o informar sobre una actualización, ¿por qué no pasar un día completo e imprevisto con colegas que trabajan en dicho proyecto o cualquier otra cosa que se presente?
Organice una cena para 15 personas. Cofundé una serie de cenas llamadas “15 Brindis” con Parker y el Consejo de Valores del Foro Económico Mundial, en el cual ambos laboramos. Estas reuniones ocasionales, a menudo celebradas en la víspera de las cumbres del Foro, reunían a 15 líderes mundiales de negocios en entornos íntimos para discutir temas importantes. Cada invitado debía hacer un brindis por la temática de la noche (por ejemplo, “15 brindis por la felicidad”) en el transcurso de la velada, y, como un toque especial, el que hace el último brindis debe hacerlo cantando. “Es la primera cena en la que he estado sin conocer a nadie y salí con la sensación de estar conectado con cada asistente”, dijo el CEO de una compañía del Fortune 500, después de una de esas cenas. En la conferencia del día siguiente, incluso abrazó a todo el mundo que había conocido la noche anterior. Los almuerzos o cenas en grupo pueden ser animadas de la misma manera. Haga esta práctica más constante, invite a colegas fuera de su grupo o división y elija un tema específico para el debate.
Toque temas delicados. La inspiración para este consejo viene de otra serie de cenas “Vamos a cenar y hablemos de la muerte”, que se basa en la idea de que hablar de la muerte por lo general lleva a hablar de la vida, incluyendo lo que nos hace feliz y lo que, en todo caso, tenemos que cambiar acerca de nosotros mismos o nuestras situaciones.
Los organizadores dicen que su objetivo es crear “una aventura interactiva edificante que transforma esta conversación aparentemente difícil en una de profundo compromiso, visión y empoderamiento”. Abordar estos temas complicados en el trabajo puede parecer demasiado esfuerzo, pero considere lograr que su grupo debata de la “muerte” de un proyecto, ya sea del luto por uno que fue cancelado o uno que simplemente terminó y dejó a la gente con una sensación de pérdida.
Las personas anhelan conectarse y relaciones estrechas en todos los ámbitos de su vida, incluyendo el trabajo. Es una fuente crítica de empatía y tolerancia –el pegamento que mantiene unidas las relaciones, proyectos y organizaciones. Los líderes deben hacer más para motivar este concepto.