Uno de los factores que deteriora el clima laboral en las organizaciones es una inadecuada gestión comunicacional. Para evitar un ambiente tóxico que pudiera generar un alto nivel de rotación e insatisfacción entre los colaboradores, es clave alimentar las relaciones interpersonales, al margen de las jerarquías.
Carmen Beoutis Ledezma, psicóloga del CIDE-PUCP, destacó así el aspecto comunicacional en las organizaciones. E indicó, en esa línea, que cuando una empresa necesita brindar algunas pautas o directivas a sus trabajadores, tiene que establecer, en principio, canales formales e institucionalizados.
“La comunicación tiene que ser asertiva, las órdenes deben ser claras y precisas, con objetivos fijados”, señala la especialista. “Pero uno de los elementos vitales es el buen trato entre miembros del equipo, eso ayuda a retener el talento”.
En ese contexto, aseguró que las relaciones interpersonales están estrechamente vinculadas con la inteligencia emocional, una habilidad que consideró fundamental en el manejo de la comunicación en las empresas.
“La comunicación se crea a través de las relaciones interpersonales, donde tenemos que abordar básicamente la inteligencia emocional, que es la habilidad de gestionarse a uno mismo para gestionar a los demás”, aclaró. “Los gerentes no podrán gestionar a sus colaboradores, si no se gestionan a sí mismos.”
Beoutis precisó así que la inteligencia emocional tiene que estar inscrita dentro de la cultura empresarial porque ayudará a que los gerentes de línea puedan cumplir un rol más efectivo en la gestión de personas, y contribuirá a que los colaboradores puedan enfrentar mejor el estrés y adaptarse a los cambios.
Por último, la consultada recordó las conclusiones del experto en gestión del talento humano, Theodor Schulze, quien estableció que las empresas que logran alcanzar altos niveles de productividad brindan conocimiento a sus colaboradores, fortalecen sus habilidades y actitudes y los motivan de manera intrínseca, extrínseca y trascendente.