(Bloomberg) Los minoristas y los dueños de centros comerciales se reúnen en Las Vegas esta semana preparados para transmitir un mensaje: la desaparición del centro comercial estadounidense ha sido exagerada o, en el lenguaje del momento, es una noticia falsa la mayoría de las veces.
Es una historia difícil de vender. Los cierres de tiendas se están acelerando, las acciones se hunden y los inversionistas especulan sobre qué cadena en dificultades podría declararse en quiebra a continuación, mientras que los consumidores compran cada vez más lo que necesitan online.
Pero los ejecutivos del sector que asistirán a la convención anual del Consejo Internacional de Centros Comerciales, la mayor del sector, insisten en que la percepción es excesivamente pesimista y que el negocio de las tiendas físicas está lo suficientemente saludable como para sobrellevar la tormenta.
“Estamos tratando de armar a nuestra gente con hechos para que cuando se hagan las preguntas, puedan decir que no, que en realidad estos son los hechos”, dijo Greg Maloney, máximo responsable de comercio minorista de Jones Lang LaSalle Inc.
Esos hechos incluyen una tendencia de los propietarios a realquilar muchas tiendas, con anticipación a los cierres y quiebras, para usos más rentables, tales como lugares de comida y entretenimiento, de acuerdo con Maloney.
Otra señal de que las cosas no son malas: para las propiedades dedicadas a la venta minorista en las grandes ciudades de Estados Unidos, la proporción de vacantes se mantuvo en 4.9%. en el primer trimestre, cerca del nivel más bajo de la década pasada, muestran datos de JLL y CoStar Group Inc.
Sin embargo, las presiones son reales, y los problemas del sector estarán en la mente de todos en Las Vegas, donde se espera que 37,000 asistentes inunden el centro de convenciones para tratar temas como la redacción de un borrador de contrato de arrendamiento y el advenimiento de los patios de comidas.
Habrá algunas conversaciones difíciles también, porque los propietarios de centros comerciales buscan la fórmula adecuada para combatir la declinación del tráfico presencial y quieren saber cómo tornar a sus propiedades a prueba de internet.
Todas las grandes tiendas de Estados Unidos, desde JC Penney Co. hasta Nordstrom Inc., informaron sobre ventas decepcionantes en el primer trimestre. JC Penney cerrará alrededor de 140 locales, mientras Macy’s Inc., el líder del sector, cierra 100 tiendas y elimina alrededor de 4,000 puestos de trabajo, además de los 6,200 despidos anunciados en enero.
Las tiendas por departamentos no son las únicas que luchan por adaptarse en la era de Amazon Prime. Rue21 Inc., una cadena de ropa para adolescentes controlada por la firma de capital privado Apax Partners, la semana pasada se convirtió en la última minorista en pedir protección de sus acreedores en el marco del Capítulo 11 de la ley de quiebras estadounidense, siguiendo una serie de defaults similares este año.
Los propietarios se enfrentan a la perspectiva de una creciente marea de vacantes, ya que hasta los comerciantes con finanzas sanas encuentran que no necesitan tantos locales.
Hay bolsones de optimismo en medio de la depresión. Stephen Lebovitz, CEO de CBL & Associates, una firma operadora de centros comerciales de Chattanooga, Tennessee, que tiene 128 propiedades, dice que se concentra en encontrar mejores usos para el espacio vacío dejado por los minoristas que quiebran.
GGP Inc. también está entre los propietarios que buscan modos de hacer a sus centros de compras a prueba de Amazon, reemplazando los locales que cierran por negocios que ofrecen a los compradores experiencias que estos no pueden obtener online.
El máximo responsable Sandeep Mathrani trabaja para abrir sus primeros centros de actividades KidZania en Estados Unidos, y su compañía se ha asociado con la cadena de moda rápida Forever 21 para desarrollar Riley Rose, una línea de boutiques dirigida a los millennials.