El papel de las madres en la educación de los niños ha sido ampliamente estudiado. Mucha de la investigación apunta a que su contribución tanto en la formación como el desarrollo posterior de los niños es más relevante incluso que la de los padres.
En una investigación desarrollada por Joan L. Luby, psiquiatra de la escuela de medicina de la Universidad de Washington en San Luis, relaciona el apoyo de las madres hacia los hijos con la primera infancia, incluso con cambios físicos en el desarrollo del hipocampo, que se reflejan en las posteriores capacidades de aprendizaje, memoria y respuesta ante el estrés.
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El estudio partió de estudiar los cerebros de niños mediante imagen de resonancia magnética desde su infancia temprana hasta la adolescencia.
También se ha encontrado que el papel que las madres juegan en la socialización del conocimiento relativo con decisiones financieras es trascendental para la formación de las conductas de los niños, cuando éstos alcanzan la adolescencia, y posteriormente, en la vida adulta.
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Fuerte influencia
En una encuesta realizada en abril del 2011 en Estados Unidos se encontró que las madres son mencionadas ligeramente por encima de los padres como la influencia más significativa en la obtención de conocimiento y creación de hábitos financieros.
Ello se deriva, en gran medida, de que en muchos casos las madres son las tomadoras de decisiones cotidianas sobre los temas de gasto en el hogar, si bien, tratándose de temas de mayor significancia económica, la contribución del padre se acrecienta.
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Otros estudios demuestran que esta relación se hace particularmente más fuerte entre hijas respecto de sus madres, en donde estas últimas se convierten en el principal soporte para obtener conocimiento y sabiduría financiera.
En el estudio “El rol de las madres en la socialización económica del comportamiento de ahorro de los adolescentes polacos”, realizado por Trzcinska y Goszczynska, se encontró, a partir de un análisis de correlación y regresión estadística, que las actitudes más importantes para la formación de hábitos y comportamientos relacionados con el ahorro provienen primordialmente de las madres y que ese conocimiento, de manera explícita o implícitamente a través del ejemplo, expresado en conducta de ahorro en la familia, es más importante para la formación de actitudes futuras en los niños que la propia enseñanza formal de los temas económicos.
Lo anterior implica que simultáneamente debemos reconocer en nuestras madres el peso específico que desempeñan y desempeñaron — consciente o inconscientemente— en la formación de nuestra capacidad de toma decisiones financieras y, en un sentido más amplio, en nuestra capacidad de aprender y enfrentar el entorno, incluso aquel que afecta e influye en nuestra vida financiera.
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El apoyo a los niños (no confundir con solapar, estimados padres y madres de millennials), específicamente en el desarrollo de su capacidad de análisis, ejercicio, práctica y autocrítica en las decisiones financieras, la muestra a través del ejemplo y la incorporación temprana de prácticas relacionadas con la vida financiera futura (por ejemplo, en el ahorro) son cruciales para el futuro de los niños.
Simultáneamente, particularmente en el caso de aquellas mujeres que recién se incorporan a la maternidad o las que con plena libertad en el futuro desean hacerlo, es importante que comprendan la relevancia que su actitud, su ejemplo y la vinculación y apoyo que mantengan hacia sus hijos en gran medida determinarán su capacidad futura para alcanzar el bienestar financiero que anhelamos todos.
Diario El Economista
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)