Cerrar un negocio puede llevar varios encuentros, comidas y, sobre todo, bebidas. Para Marco del Castillo, sommelier de Finca Propia, en el primer encuentro –que puede ser un almuerzo o cena– lo más importante es “leer la mesa”: hay que fijarse qué piden primero los invitados para, cuando estemos cerca de cerrar el trato, ordenar por ellos y demostrar que hemos prestado atención.
Escenario
Hemos cerrado el trato. Todos están contentos. Si se trata de cuatro personas en una mesa, lo ideal sería consumir un vino por cada paso de la cena o almuerzo, indica Del Castillo. “Eso sería un margen de celebración acorde. Serían dos copas por persona por botella. Pero si la celebración es más efusiva, se puede pedir, en el plato principal, otra botella”, agregó.
¿Quiere llevar su propio vino? Primero asegúrese que el restaurante al que va le permitirá consumirlo. El sommelier explicó que es “algo positivo”, dependiendo de qué tipo de botella es. “Si lo estás llevando es porque es tan importante y exclusivo que la carta de ese restaurante no lo tiene”, anotó.
Además, el experto recomendó el orden en el que deberíamos consumir vinos en esta ocasión:
1. Como aperitivo, antes de ordenar cualquier alimento, cae bien un destilado o algún licor.
2. Cuando llegue la entrada, se acompaña con algún vino blanco. Y aunque se acostumbra a tomar el vino espumante al final, tomarlo al inicio tampoco va mal.
3. El plato principal siempre va a acompañado del vino más importante que va a pedir. Usualmente es un vino tinto, de corte o blend. “La complejidad de la comida peruana permite tomar un vino tinto”, dijo Del Castillo.
4. Ahora viene el postre. El maridaje debe ser con algún vino dulce, encabezado o fortificado. “Siempre se suele buscar una acidez para equilibrar el dulce y que sea frío”, finalizó.