Paco Baró ha sumado a lo largo de su carrera seis másteres, pero pese a su extenso currículo no se agranda, conserva la humildad. Confiesa que tiene un único propósito: ser feliz y no hay nada más que le quite el sueño. “Procuro aprovechar cada segundo”, dice el publicista español, quien lleva más de cuatro años en el país.
¿Desde cuándo comienza su acercamiento al sector?
Siempre me encantó la publicidad. De niños, mi hermana y yo jugábamos a los anunciantes. Además, mi padre, en ese entonces director de marketing de Unilever, solía contarnos lo que hacía.
¿Les contaba sus desafíos?
Sí, un día, nos dijo que tenía que aumentar en 15% las ventas de una marca de dentífrico, y lo solucionó con agrandar la boquilla en 15%. Eso nos pareció magia. Ahora mi hermana y yo estamos en el rubro.
¿Planificó su llegada al Perú?
Hace más de cuatro años quería salir de España, la situación era delicada, así que conversé con Gonzalo Figari, presidente de D6. Me contó que quería abrir una agencia en el Perú y me invitó a encabezarla.
¿Lo dudó?
Tardamos un minuto en ponernos de acuerdo. Mi mujer no sabía nada. Nos fuimos a celebrar. Mi mujer seguía sin saberlo (risas). Al cabo de unas horas, le conté. Ella dijo ¡qué bien! Luego le aclaré que salía en 15 días, solo replicó: ¿y yo cuándo me voy?
¿Su máximo objetivo?
Siempre he tenido un objetivo: ser feliz. Me he cambiado 16 veces de trabajo porque cuando no soy feliz me voy. Hoy soy 100% feliz. Nada me quita el sueño. Trato de disfrutar todos los segundos de mi vida. Si una vez llegada la noche, pensara en que no he sido feliz durante el día, me preocuparía. Y eso no pasa desde hace mucho.
¿Cómo describiría su quehacer en el día a día?
Aquí me encargo del aspecto estratégico. La publicidad no es un arte, es un arma comercial. Me interesan más los premios Effie, que los de creatividad, aunque a nadie le amarga un dulce. Los clientes no nos llaman porque quieren colgar un cuadro bonito.
Fuera de la agencia, ¿qué distracciones tiene?
Con mi esposa nos encanta visitar restaurantes nuevos, conocer otras personas, pasear… Yo no tengo carro, yo ando en bici.
¿Algún destino predilecto?
Por haber tenido una agencia de viajes con mi mujer conozco 75 países. Me gustaría conocer todos. Nos han pasado tantas cosas. En Bután, perdimos las maletas, tuvimos que comprarnos prendas básicas y adaptarnos: solo se come productos provenientes de yak (animal) y no saben especialmente bien.
¿Qué le llamó la atención?
Bután es el único país que mide la riqueza por la “felicidad interior bruta”. Viajar es una de mis pasiones. A más rara la cultura, mejor.
Como publicista se topa siempre con su trabajo, ¿suele estar al pendiente?
En eso soy un poco enfermo, creo que es por la pasión que tengo por la profesión. De otro lado, si en el cine veo una frase o algo interesante, lo apunto e inmediatamente vuelvo a desconectarme. En eso soy poco workaholic.
DOS CARAS DE LA MONEDA
Desde que concluyó sus estudios, Baró ha estado desde el lado de la agencia, a excepción de un año durante el cual estuvo al otro extremo del camino como cliente. Esa es su ventaja, según cuenta. En esa línea descarta que en la actualidad los clientes estén más digitalizados. Aún no lo tienen en su ADN.
¿Cómo observa la publicidad respecto a otros países?
Estamos un poco detrás versus otros países de Europa, a nivel digital y de generación de contenidos. Además la cobertura de Internet no es tan buena, por eso todo lo que pesa un poco más no funciona. Pero Perú es uno de los países más creativos: todos los años se ganan premios.
¿Haber sido cliente ayuda?
Es una ventaja: puedes ponerte en sus zapatos. Cuando recibimos una solicitud, muchas veces nos reunimos con los encargados del departamento de marketing hasta de producto para entender de verdad qué hay detrás.
¿Es su valor añadido?
Queremos tener una visión más amplia de hacia dónde va la marca. En eso sí somos bastante peleones. Si el producto no ayuda, normalmente tenemos muchas reuniones con el cliente. El haber sido cliente me permite meterme más en su cocina. Ese es el diferencial: trabajamos de la mano con el cliente, no solo somos el proveedor.
¿Hoy los clientes están más digitalizados?
No, hoy en día tienen en cuenta un medio más, el digital, pero no creo que realmente tengan el ADN digital. Es un medio en el que tienes que estar pero no se le saca partido del todo.
¿Qué tan directa es la relación entre la inversión publicitaria y la creatividad?
La creatividad es independiente del costo de la producción. Lo importante es la idea. Ahora, para que la idea consiga ciertos objetivos necesita una determinada producción, así que en recesión puede que quede a medias. La creatividad no está ligada 100% al costo de producción, el resultado sí.
¿En qué momento le pone un alto a su saturada agenda?
Nosotros trabajamos con los clientes que podemos, si sabemos que con uno más no nos daremos abasto entonces preferimos decirles que no. Nos preocupa hacer un buen trabajo.
EL DATO
Fuentes de inspiración. ”Tengo una biblioteca con 2,200 libros, veo muchas películas, conozco otras culturas, todo eso me inspira”, confiesa Paco Baró.
HOJA DE VIDA
Nombre: Paco Baró.
Cargo actual: Director general de Volver D6.
Educación: Universidad Complutense de Madrid. Universidad de Toronto.