(Bloomberg) La clase trabajadora de los Estados Unidos se está quedando cada vez más atrás.
La brecha entre ricos y pobres –la diferencia de ingresos anuales entre los hogares del 20% superior de la pirámide y los que están en el 20% inferior- creció US$ 29,200 a US$ 189,600 entre 2010 y 2015, sobre la base de los cálculos que realizó Bloomberg utilizando datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos.
Las computadoras y los robots están asumiendo muchos tipos de tareas, haciendo a un lado a algunos trabajadores al tiempo que aumentan la productividad de los empleados especializados, lo que contribuye a ampliar la brecha.
“Los avances tecnológicos han reemplazado cada vez más los trabajos de baja y media calificación mientras que complementan los trabajos de más alta calificación”, dijo Chad Sparber, profesor adjunto y director del departamento de Economía de la Universidad Colgate.
Se pronostica que ese cambio va a continuar. Alrededor del 38% de los empleos estadounidenses podría correr un alto riesgo de automatización para comienzos de la década de 2030, de acuerdo con un estudio de PricewaterhouseCoopers.
Las industrias “más expuestas” comprenden el comercio minorista y mayorista, el transporte y el almacenamiento, y la manufactura. Los trabajadores con menor nivel de educación son los que enfrentan los mayores desafíos.
El hecho de que las compañías recurran a empleados temporales o de tiempo parcial para reducir costos también podría estar acentuando la disparidad, ya que el aumento de los salarios no sigue el ritmo del incremento de los gastos de habitación y de necesidades básicas.
Conforme se amplía la brecha, aumentan las penurias para el 20% inferior. La oferta de viviendas económicas, por ejemplo, es escasa en todo el país, lo que obliga a los trabajadores a instalarse en lugares que están más lejos de su empleo y soportar viajes más largos y costosos para llegar a él.
El costo de los alquileres subió en el ámbito nacional un 3.9% interanual en marzo, según el Departamento de Trabajo.
Los centros de alta tecnología estuvieron entre las cinco áreas metropolitanas estadísticas en las que más creció la brecha entre los hogares de mayores y menores ingresos: dos en California, San Francisco y San Jose, así como en Austin y Seattle.
Bloomberg también calculó el cambio en la brecha entre los súper ricos (el 5% superior) y la clase media (el 20% central). Aumentó US$ 58,800 y los Grand Rapids y Des Moines estuvieron entre las zonas metropolitanas con los mayores cambios.
La brecha incluso se amplió dentro de la clase media, en tanto la distancia entre los hogares de bajos y altos ingresos de los percentiles 30° y 80° aumentó US$ 9,000.
“Las compañías están redoblando sus esfuerzos para reducir costos y racionalizando sus operaciones”, dijo Chris Rupkey, economista financiero jefe de MUFG Union Bank en Nueva York. Los trabajadores “de la base de la pirámide no han visto tanta mejora como los de la parte más alta de la sociedad”.