(AFP) ¿Es un pantano? ¿Debo tener cuidado con algún caimán? La polémica con la verdosa piscina de clavados de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro no termina, luego que este viernes una práctica tuviera que ser cancelada para poder hacer una nueva limpieza.
La práctica de la mañana del viernes tuvo que ser suspendida para después del mediodía en un intento desesperado de los organizadores por regresar el color celeste a esta piscina, que tanto ha dado de que hablar.
La Federación Internacional de Natación (FINA) indicó esta semana que el agua se puso verde tras una falta de algunos productos químicos que provocó que el PH del agua saliera de sus niveles normales.
Pero su tratamiento parece ser más complicado de lo que se pensaba.
“Aprendimos que la química no es ciencia exacta. Ha tomado más tiempo de lo previsto. Cancelamos la sesión porque necesitábamos el agua tranquila para poder limpiarla”, explicó el director de Comunicaciones de Río 2016, Mario Andrada.
El María Lenk fue construido para los Juegos Panamericanos del 2007 y hace un año fue duramente criticada por la FINA en una carta que terminó filtrándose a la prensa.
Ojos ardían
El cierre de este viernes se ordenó después de que jugadores de polo acuático, usando la piscina adjunta del centro acuático Maria Lenk que también se puso verde, se quejaron de ardor en los ojos después que los técnicos aumentaron la dosis de cloro para forzar la vuelta del azul.
Se pidió limitar el entrenamiento en las áreas secas.
“El momento en que quieres entrenar y la piscina está cerrada y la instalación huele como si alguien se hubiera tirado un pedo”, fue la leyenda de la foto del alemán Stephan Feck en Facebook, en la que aparece con un compañero tapándose la nariz al lado del agua.
Andrada insistió una vez más en que no hay riesgos para la salud de los atletas. El viernes de tarde se realizaron las pruebas preliminares del trampolín de tres metros femenino.
“Redujimos inmediatamente la cantidad [de cloro], hicimos un test del agua y está totalmente dentro de los parámetros de los especialistas de salud”, reiteró.
Shrek
Los atletas no dejan de lanzarse al agua --lo que sea por una medalla olímpica--. Y aunque no les parece normal saltar en una piscina verde, tampoco se muestran muy preocupados.
Todas coincidieron eso sí en que… “saliendo de la piscina, hay que tomar una buena ducha”.
Lo dijo la estadounidense Abigail Johnston, la mexicana Dolores Hernández y la malasia Jun Hoong Cheong.
“Es un poco raro, somos atletas y estamos preparados para cualquier condición, cambio de clima, por ejemplo, pero creo que nunca discutimos el color del agua. La gente la ve y pregunta: ‘¿es realmente verde?’”, indicó Johnston, que avanzó a la semifinal, que se disputa el sábado.
“Es algo que casi nunca se había visto en una competencia, pero la verdad no afecta tanto. Cuando lo vi me dio un poco de asco, pero una vez que te metes y ves que no te sale otro brazo, pues nada”, dijo por su parte la mexicana Dolores Hernández.
Juliana Veloso no se sorprendió con el color. “Ya vi el agua bien peor pero ellos nunca vieron algo así, les parece horrible. Para mi es sólo saltar en la piscina de Shrek, pero ya oí varias cosas: que si es un pantano, que debo tener cuidado con un caimán”, bromeó.