La noticia sobre los posibles daños de la carne inunda los medios de comunicación y las redes sociales. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), organismo adscrito a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la carne molida, las salchichas y el tocino son cancerígenos y que la carne roja (de vaca, de cerdo, de cordero, etc.) es “probablemente cancerígena”.

Con este panorama, ¿qué les espera a las conocidas cadenas de hamburgueserías que alimentan a millones en el mundo, como McDonald’s o Burger King ?

Según los consultores de CPG, en una entrevista con Brandchannel difundida por Marketing Directo, la respuesta no es tan clara: los efectos de la sentencia de la OMS aún tardarán para verse.

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Para los especialistas, dados que en los últimos años los consumidores en todo el mundo han tenido que lidiar con los volátiles cambios en las posturas de algunos nutricionistas respecto a algunos productos (como los huevos o la mantequilla), existe cierto escepticismo sobre los postulados de salud.

“Comos consumidores, estamos un poco atormentados y sorprendidos porque queremos hacer bien las cosas desde el punto de vista de la nutrición, pero no sabemos realmente qué es lo correcto”, explica Ken Harris, socio de la consultora Cadent Consulting.

George Young, presidente de la consultora Kalypso, cree que las advertencias de la OMS “causarán inevitablemente revuelo entre los consumidores”. No obstante, destaca que, como es sabido, “todo es potencialmente peligroso”.

“Hace diez años el bacon eran un alimento muy nocivo para la salud. Después nos contaron que este alimento era en realidad muy rico en proteínas y ahora no dicen que es cancerígeno. Es normal que el consumidor se muestre desorientado”, recalca Young.

¿Por qué de pronto uno debe creer que las hamburguesas son cancerígenas? sería la respuesta más común de los consumidores ante la postura de la OMS. En este panorama, los gigantes del ‘fast food’ no tendría por qué preocuparse (por el momento).