Paulina pasa largas horas en su hogar, casi no cruza el umbral si no es en compañía de su esposo, le teme al rugido de los autos y le exaspera las voces estruendosas. Acaba de caer la dictadura que ha asolado a su país y han pasado 17 años desde aquella noche en que la ultrajaron.
Su marido, un abogado exitoso, acaba de asumir la presidencia de la Comisión de la Verdad. Y pronto deberá enfrentarse en su living al doctor que ella acusa de haber sido uno de sus victimarios.
“La muerte y la doncella”, escrita por el dramaturgo chileno Ariel Dorfman, llega al Teatro De Lucía de la mano del director Mikhail Page. El drama expone los estragos que la dictadura deja en sus ciudadanos, la necesidad de juzgar a quienes en el pasado perpetraron atrocidades y hacerlo en un país que clama un proceso de reconciliación.
Thriller
La historia, que en los años 90 fue llevada al cine por Roman Polanski, gira en torno a Paulina Escobar. Sus traumas, sus dudas, sus temores conducen la trama por un camino sinuoso. El suspenso juega un rol clave: ¿el hombre al que ella cree culpable, en realidad, lo es?
“Ningún personaje es fácil, la pieza está escrita de modo tal que cada uno es llevado al límite”, comenta la responsable de encarnar a Paulina, Cécica Bernasconi. Según cuenta, el proceso de construcción fue intenso: en su caso recurrió a la lectura de testimonios reales para preparar el personaje.
Esfuerzos
Bernasconi detalla que, si bien un drama de tales características demanda alrededor de cinco meses de producción, los plazos fueron menores. “No hubo mucho tiempo: en dos meses aproximadamente solicitamos los derechos de autor para luego iniciar los ensayos”.
Para el caso de “la muerte y la doncella”, la escenografía y los derechos de autor se cuentan entre los elementos que requirieron un gasto más alto dentro de todo el presupuesto. Solo este último ítem demanda el 10% de la taquilla bruta.
De acuerdo a la actriz, productora y gestora de Teatro De Lucía, el respaldo económico de la Fundación BBVA Continental es clave para sacar adelante cada una de las piezas, ya que las entradas no cubren todos los costes (“más aún cuando solo tenemos 103 butacas”). No obstante aún así los canjes anuales son una alternativa a la que se recurre para determinadas puestas en escena.
EN CORTO
El movimiento de los montajes
Nuevo enfoque. Según comenta Cécica Bernasconi, el Teatro De Lucía ha reducido la cantidad de producciones al año, de cuatro a tres. “Ahora le damos cabida a otras compañías de teatro para que presenten sus respectivas obras y haya un dinamismo mayor”, aclara. Así, la cartelera del recinto busca un balance entre producciones con artistas consolidados y en sus inicios.