“Siempre he sido un adicto a descubrir vinos, constantemente a la caza de nuevas uvas, nuevas cosechas, nuevos productores de vino, y especialmente nuevos lugares donde nunca se ha plantado una vid antes”, afirma Elin McCoy de Bloomberg Business.
Gracias a los ambiciosos viticultores, la creciente demanda, un cambio de gusto por un estilo de vino más ligero, e incluso el cambio climático, el número de plazas globales para el vino es cada vez más amplio.
En las siguientes ocho plazas, el buen vino está en camino de convertirse en un gran vino, aquí la lista:
Tokaj, Hungría.
Reconocida por su vino en Europa del Este, la histórica región de Tokaj recibirá una inversión de US$ 374 millones en los próximos cinco años para mejorar sus viñedos y reforzar su reputación. (Bajo el régimen comunista, la cantidad era más importante que la calidad.) Sus 5,500 hectáreas de viñedos, a una altitud de 800 metros en las laderas volcánicas, producen principalmente tres uvas blancas autóctonas, entre ellas Hárslevelű y Furmint. Esta última variedad es clave para lograr esos deliciosos vinos dulces asociados con la región.
Virginia, Estados Unidos
Thomas Jefferson cosechó uvas en este estado, pero no pudo hacer grandes vinos. Aún así, la era moderna (a partir de la década de 1970) ha atraído a más de 240 viticultores determinados, incluyendo Donald Trump y el cofundador de AOL, Steve Case. En el 2014, se vendieron un total de medio millón de cajas y ahora parecen estar en un punto de inflexión. De los ocho vinos blancos (Chardonnay, Sauvignon Blanc, Riesling, y varios más), el más prometedor es Viognier, pero los mejores vinos hasta el momento son las mezclas de estilo Bordeaux tinto elaborado con Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot.
Yarra Valley, Australia
Cuando uno piensa en un vino australiano, es posible imaginarse un exitoso Shiraz, “pero las botellas más interesantes que he probado en mi reciente visita a Australia fueron los Pinot Noirs de este fresco y verde valle a una hora en carro al noreste de Melbourne”, comenta McCoy. Aunque el centenar de bodegas de la zona producen solo el 4% de los vinos australianos, este lugar es un hervidero de enólogos jóvenes y ambiciosos, quienes buscan
Principalmente producir gran Pinot Noir y Chardonnay, la uva más plantada de la región, pero en el radar están un Shiraz de estilo más ligero que ellos llaman Syrah, Sauvignon Blanc, e incluso Nebbiolo.
República de Georgia.
Esta es la tierra de Qvervi, las ánforas barrigonas de arcilla, forradas con cera de abejas y enterradas por los viticultores en una tradición que sirve para fermentar el jugo de cerca de 500 variedades autóctonas de uva. El método y la historia vitivinícola de 8,000 años del país le han dado su encanto tanto para los vinos tintos y blancos.
El actual renacimiento del vino fue ayudado por un embargo ruso de siete años que obligó a los productores a mejorar y exportar su producción. Entre las 15 variedades más importantes, uno rojo (Saperavi) y dos blancos (Rkatsiteli, Mstvane) tienen el mayor potencial global.
Sur de Inglaterra.
Olvídese del famoso clima húmedo y frío de Inglaterra, que no favorecía la cosecha de uvas para vino. El calentamiento global y el mismo suelo calcáreo como el de la región francesa de Champagne hacen de la costa sureña un lugar ideal para el vino espumante, el 66% de los 4.5 millones de botellas producidas aquí son espumantes. Al igual que en Champagne, Chardonnay y Pinot Noir son las uvas más plantadas. “Cerca de 150 bodegas están apostando por el futuro, y hasta ahora, he encontrado que los mejores vinos proceden de las llanuras del sur de Sussex”, indica McCoy.
Lodi, California.
A una hora y media al este de Napa Valley, Lodi tiene una larga historia de cultivo y venta de uvas a los forasteros y recién hace poco ha desarrollado sus propias bodegas; ahora hay alrededor de 80. La tierra es barata, por lo que los precios del vino son bajos. Este es un campo para vino tinto y la capital de la variedad Zinfandel para California, produciendo uvas por alrededor de un tercio de las Zins premium del estado. Los viticultores aquí producen algunos de los ejemplares más audaces de esa zona. Pero los aventureros están experimentando con unas 70 variedades, entre ellas Tempranillo de España, Touriga Nacional de Portugal, y Barbera y Primitivo de Italia.
Monte Etna, Sicilia.
Las pendientes de 45 grados de un enorme volcán constantemente estruendoso en el este de Sicilia no hacen automáticamente pensar en viñedos; pero en la última década, el Mt. Etna se ha convertido en una de las regiones vinícolas más interesantes de Italia. Hace treinta años había cinco productores; ahora hay cerca de 90 que cultivan vides en elevaciones de 2,000 a 3,500 pies. Las uvas autóctonas Carricante para los vinos blancos y Nerello Cappuccio (e incluso el mejor Nerello Mascalese) para los tintos producen los mejores vinos. La elevada altitud y terreno rocoso resultan en peculiares vinos.
Valle del Maule, Chile.
Este largo y estrecho país, con cerca de 13 regiones vinícolas, ha plantado recientemente viñedos en lugares extremos: a altitudes de casi 7,000 metros en los Andes y en el medio del desierto de Atacama. “Pero yo soy un fan de la región poco conocida del Maule, en el sur del Valle Central, donde pequeños viticultores descubrieron un tesoro de vides Carignan y Pais. Aunque la mayoría de los 36 millones de litros de vino del Maule (en el 2013) son de los tipos Mainstays, Cabernet y Sauvignon Blanc de Chile, estas viejas viñas ofrecen algo verdaderamente especial.