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Sólo de aquel que esté dispuesto a pagar los US$9,450 que cuesta tener algo único y disfrutar de este whisky premium malt, destilado el 19 de noviembre de 1968 y puesto en barrica para alcanzar 45 años después su estado perfecto de maduración. “Cuestión de madurez, y no de edad”, aseguran desde la casa escocesa.
Cualidades
La calidad y la pureza son las señas de identidad de este Glenrothes Vintage 1968, evidenciadas en el equilibrio entre la elegancia y la cortesía. En nariz, tiene un primer momento de pétalos de rosa, crema, melocotones, albaricoques en almíbar, mirabelles en miel, cera de panal de abejas y velas. Por su parte, en boca su textura es cremosa e integra mascarpone, flor de azahar, pimienta negra y delicias turcas, para tener un final seco y especiado que recuerda precisamente a esas delicias.
En la Vintage 1968, no se ha mimado sólo el contenido, sino también la botella, elaborada con cristal tallado a mano e inspirada en la icónica botella de The Glenrothes. Su estuche está hecho de materiales como cristal, latón, cuero y madera para mantener la esencia del contenido. Además, el tapón se ha elaborado con la madera de la misma barrica en la que el whisky maduró.
Con la Vintage 1968 se cierra la colección The Glenrothes Extraordinary Cask Collection, compuesta por las barricas Vintage 1970 y Vintage 1969. “En Glenrothes son escasas las veces que embotellamos el líquido proveniente de una sola barrica. Desde 1994 esto ha ocurrido en muy pocas ocasiones”, asegura Ronnie Cox, el embajador global de la marca.
“Esto el es gráfico”: