Estas son las diez razones para incorporarlas a la dieta diaria:
1. Hidratan y refrescan, ya que más del 90% de la composición de frutas y verduras está dada por agua.
2. Dan vitalidad. Los vegetales son fuente de vitaminas que tienen infinidad de beneficios y participan de procesos orgánicos, como el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
3. Depuran el organismo. Debido al alto contenido de agua y de potasio, y el bajo contenido de sodio de los vegetales que la componen. También la presencia de aceites esenciales que dilatan los vasos renales. Por estas razones, comer ensaladas contribuye a la eliminación del exceso de líquidos y, por ende, ayuda al tratamiento de la hipertensión, la retención de líquidos y la oliguria.
También aportan beneficios en casos de hiperuricemia, gota, afecciones articulares, reumatismos y personas con tendencia a formar cálculos renales, dado que ayuda a eliminar a través de la orina sustancias de desecho.
4. Protegen la piel. Vegetales como la zanahoria, remolacha, pimientos, tomate y lechuga, aportan beta-caroteno que se transforma en vitamina A (que renueva la piel y las mucosas) y vitamina C. Además, estimula la producción de colágeno, una proteína que mantiene la piel tersa y sin arrugas.
Si se acompañan de palta o frutos secos y se condimentan con aceite de oliva virgen, se enriquecen en ácidos grasos insaturados, imprescindibles para mantener una piel estructurada e hidratada, y en vitamina E, que evita la aparición de manchas de envejecimiento.
5. Regulan la función intestinal. Ya que los vegetales son ricos en fibra y previenen el estreñimiento, contribuyen a reducir el colesterol sanguíneo y a controlar los niveles de glucosa en sangre, lo cual es beneficioso en casos de hipercolesterolemia y diabetes.
6. Aportan pocas calorías. Lo cual puede ser beneficioso en aquellas personas que deben controlar su ingesta calórica para reducir su peso corporal. Además, producen sensación de saciedad y reducen el apetito.
7. Cuidan el corazón. Por la cantidad de antioxidantes que aportan y bloquean la acción dañina de los radicales libres, sustancias involucradas en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y cáncer.
8. Mejoran la digestión. Algunos vegetales como la escarola, el apio, la achicoria, la alcachofa, la endibia o el rábano estimulan el funcionamiento de la vesícula biliar y del hígado. Además, los germinados (soja, alfalfa, berro, rábano) y fermentados (chucrut) enriquecen la dieta en enzimas, y todo ello es esencial en la digestión de los alimentos.
9. Previenen la anemia. Sobre todo, las verduras de hoja verde, especialmente ricas en clorofila (con demostrados efectos antianémicos), folatos y hierro, por lo que interesa incluirlas en ensaladas en caso de anemia.
Para mejorar la absorción del hierro de estos vegetales se aconseja acompañarlos con alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, kiwi, frutas tropicales, tomate, pimiento, etc. Además, por su contenido en folatos, son imprescindibles en la dieta de la mujer embarazada para prevenir graves trastornos en el bebé.
10. Son sabrosas y nutritivas. Cuanto más colores haya en el plato de ensalada, mayor será su riqueza nutritiva y esto se traduce en vitalidad y energía.
Diario El Observador de Uruguay
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)