No es que a Warren Buffett le falte compañía a la hora de acudir a un buen restaurante, pero cada año el magnate decide cenar con un completo desconocido. Eso sí, por una buena causa.
Desde el año 2000, el presidente y consejero delegado de Berkshire Hathaway organiza una subasta en la que el mejor postor gana una velada en su compañía.
Se trata de una iniciativa filantrópica, ideada por su fallecida esposa Susie, que el millonario ha llevado a cabo durante 18 años consecutivos.
En total, Buffett ha recaudado unos US$ 25 millones en favor de la organización benéfica Glide, que desde su sede en San Francisco (California) provee de comida y atención sanitaria a personas desfavorecidas.
Los acompañantes
El primero que pujó (y ganó) por compartir mesa con el directivo pagó US$ 25,000, cifra que se multiplicó por diez apenas tres años después.
En esta ocasión, un anónimo comensal ha desembolsado US$ 2.68 millones para poder conocer al Oráculo de Omaha, una cantidad muy por debajo del récord de US$ 3.46 millones que otras personas que prefirieron no dar a conocer su nombre gastaron para disfrutar de su compañía en 2012 y en 2016.
El ganador de la subasta puede acudir solo o con un máximo de siete acompañantes a la cena que tiene lugar en el restaurante Smith & Wollensky de Nueva York.
Esta velada no solo supone una oportunidad fantástica para conocer al mítico inversor, tomar nota de los ‘trucos’ que tenga a bien revelar o recibir alguno de sus valiosos consejos, también puede dar un empujón a la carrera profesional de los comensales.
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