Munich Re, la reaseguradora más grande del mundo, tiene unos US$ 400 millones en la línea de seguros contra los retrasos o cancelaciones de partidos de la Copa Mundia Brasil 2014. Las protestas callejeras, huelgas o cualquier defecto de infraestructura podrían interrumpir el juego.
Andrew Duxbury, gerente de aseguramiento de la firma, muestra su confianza en el evento. “Estoy aquí sentado tan cómodo como cuando me encontraba en el campeonato de Sudáfrica”, reveló Duxbury.
El optimismo de Duxbury choca con la evaluación de Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, quien un mes antes del inicio del Mundial sentenció que había “pasado por un infierno” tratando de organizar el evento en Brasil.
Munich Re, cuyos clientes incluyen organizaciones que venden derechos de televisión como así también a los gobiernos locales, pagará si hay un retraso, reubicación o cancelación de uno o más juegos causados por acontecimientos imprevistos, desde disturbios civiles hasta lluvias torrenciales.
Amenaza latente
La desobediencia civil masiva es la mayor amenaza para las aseguradoras de los juegos, de acuerdo a Duxbury. El costo de US$ 11 mil millones de la Copa del Mundo ha enfurecido a los brasileños frente a la aceleración de la inflación, la desaceleración del crecimiento y los servicios públicos deficientes.
En el 2010, aproximadamente la mitad de la población mundial vio algunos de los juegos de Sudáfrica. Cada partido atrajo en promedio unos 188 millones de espectadores, según Munich Re. “Mientras que los jugadores y las cámaras de televisión estén ahí, eso es todo lo que necesitamos”, dijo Duxbury.