(Bloomberg) La mayoría de los empleados de Boeing Co. ayudan a fabricar aviones cargados de tecnologías futuristas. Luego se encuentra Michael Lombardi, cuyo trabajo abarca no sólo los 787 Dreamliner de fibra de carbono, sino también bombarderos de la Segunda Guerra Mundial e hidroaviones antiguos de madera y lino.

Desde un sótano cerca del centro industrial de la fabricante de aviones en la zona de Seattle, Lombardi se ocupa de estantes llenos de viejos dibujos de ingeniería, invaluables modelos de aviones y 50.000 latas de películas que documentan la evolución de la aviación. Es el historiador jefe de la compañía. Y ahora que Boeing cumple 100 años el 15 de julio, nunca estuvo tan ocupado hurgando entre cajas de artefactos donados, excavando en recuerdos históricos y ayudando a planear los eventos para el centenario.

No es que se esté quejando. Lombardi, de 56 años, es sólo la tercera persona en ocupar el puesto en Boeing y un fiel integrante de un grupo que trabaja para preservar los registros estadounidenses de la compañía. Es un trabajo codiciado, dado el poco volumen y el rol de Boeing en dar forma crucial a eventos del siglo XX como la invasión a Normandía y la carrera a la Luna. Desde que Lombardi se hizo cargo de los archivos de la compañía en 1994, hubo cinco máximos responsables ejecutivos distintos.

“La parte difícil fue esperar a que mi predecesor se jubilara”, dijo.

Para resaltar la historia
Boeing construyó un pabellón especial en el Salón de Aeronáutica de Farnborough de esta semana en el Reino Unido, con una réplica de uno de los primeros aviones de madera y lino del fundador de la compañía, Bill Boeing, colgado del techo. Fotografías ampliadas de algunos de los aviones más famosos diseñados por Boeing y los fabricantes de aviones que adquirió cubrieron el pabellón central de la feria.

El aniversario es “una pequeña parte que aportamos al cuadro general”, dijo Lombardi. “No creo que podamos sobrevivir, manteniendo este programa relevante, si nos focalizamos solamente en un solo aspecto”.

En Boeing, la carga de trabajo de Lombardi se ha más que duplicado en tanto departamentos desde la cafetería al equipo legal claman por recuerdos de las viejas épocas. Además, están las cajas de artefactos donados que llegan diariamente para ser catalogadas, sumadas a los pedidos constantes de entrevistas, que Lombardi satisface con su voz de barítono digno de una emisora.

El tesoro incluye un siglo de recuerdos humanos. Hay botones de bocina de aviones B-17 guardados por pilotos de bombarderos de la Segunda Guerra Mundial, algunas veces con labial de “Rosie the Riveter” en la fábrica de Boeing.