En 2016, los ataques de ransomware a las empresas se triplicaron y en el caso de las empresas, se pasó de tener un ataque cada dos minutos en enero del 2016 a uno cada 40 segundos en octubre, mientras que para los individuos, la tasa de crecimiento pasó de cada 20 segundos a cada 10 segundos, informó la firma Kaspersky Lab.
Agregó que en lo que va del 2016 se han introducido más de 62 nuevas familias o variedades de ransomware, convirtiéndose así en la amenaza creció de forma más agresiva y se convirtió en el tema principal del presente año.
El ransomware es un tipo de programa informático malintencionado que restringe el acceso a determinadas partes o archivos del sistema infectado, y pide un rescate a cambio de quitar esta restricción.
Según el informe “Historia del año” del Boletín de Seguridad de Kaspersky Lab, en el 2016 se reveló hasta qué punto el modelo de negocio Ransomware-as-a-Service (Ransomware como servicio) ahora atrae a los criminales que carecen de habilidades, recursos o la disposición para desarrollar uno propio.
Bajo un acuerdo, los creadores de código ofrecen sus productos maliciosos ‘bajo demanda’, vendiendo versiones modificadas de manera exclusiva a clientes, quienes luego las distribuyen a través de spam y sitios web, y pagan una comisión a su creador, el principal beneficiario financiero.
“El clásico modelo de negocio de afiliación parece estar funcionando para el ransomware tan eficazmente como para otros tipos de malware. Las víctimas suelen pagar, de manera que el dinero sigue circulando a través del sistema. Inevitablemente, esto nos ha llevado a ver que aparecen nuevos cifradores casi todos los días”, dijo Fedor Sinitsyn, analista senior de Malware, en Kaspersky Lab.
En el 2016 el ransomware continuó su paso violento por el mundo, haciéndose más complejo y diverso, aumentando su dominio sobre datos y dispositivos de individuos y negocios.
De acuerdo con la investigación de Kaspersky Lab, una de cada cinco empresas en todo el mundo sufrió un incidente de seguridad de tecnología de la información (TI) como resultado de un ataque de ransomware, y una de cada cinco de las empresas pequeñas nunca recuperó sus archivos, incluso después de pagar.
Algunos sectores de la industria fueron más afectados que otros, pero nuestra investigación muestra que no existe un sector de bajo riesgo, pues el índice más alto de ataque fue alrededor del 23% (educación) y el más bajo de 16% (comercio y esparcimiento).
El “ransomware” educativo, desarrollado para dar a los administradores de sistemas una herramienta para simular ataques de ransomware, fue rápida y despiadadamente aprovechado por criminales, dando lugar a Ded_Cryptor y Fantom, entre otros.
Entre los nuevos métodos de ataques ransomware, vistos por primera vez en 2016, está el cifrado de disco, en el cual los atacantes bloquean el acceso, o encriptan, no solo a un par de archivos, sino a todos a la vez (Petya es un ejemplo).
Dcryptor, también conocido como Mamba, fue un paso más allá, bloqueando todo el disco duro, una vez que los atacantes forzaran las contraseñas para acceder a la máquina víctima.
El ransomware Shade demostró la capacidad de cambiar la forma de atacar a una víctima, cuando resulta que la computadora infectada pertenece a servicios financieros, en lugar de cifrar los archivos de la víctima, se descarga e instala un spyware.
También Hubo un considerable aumento en la aparición de troyanos de ransomware simples y de baja calidad, con software deficiente y errores en las notas de rescate, lo que aumentó la probabilidad de que las víctimas nunca recuperaran sus datos.
“Afortunadamente, 2016 también vio que el mundo se unía para combatir el ransomware. El proyecto No More Ransom, presentado en julio, reúne a las agencias de orden público y a los fabricantes de productos de seguridad para rastrear y acabar con las grandes familias de ransomware, ayudando a los individuos a recuperar sus datos y socavando el lucrativo modelo de negocio de los criminales”, dijo Kaspersky Lab.