La cuarta revolución industrial, o Industria 4.0 como la describen diversos economistas reputados, ya está en marcha.
La automatización de la industria y el desarrollo de los transportes a mediados del siglo XVIII propiciaron un ensanchamiento de los mercados extranjeros y un abaratamiento considerable en los precios de los productos hechos a máquina. Un siglo y medio después, un conjunto de innovaciones en el campo de la tecnología y la sustitución de la fuerza animal por la energía provocó la producción en cadena y la división del trabajo en la denominada segunda revolución industrial.
Asimismo, el auge de las tecnologías de comunicación e información (TIC) a través de Internet y el desarrollo de nuevas fuentes de energía renovables establecieron la Industria 3.0 a finales del siglo XX. Esta cuarta revolución industrial tiene un protagonismo netamente tecnológico e impactará en los métodos de fabricación y en la forma en que vivimos.
La inteligencia de los aparatos electrónicos y la interconexión de datos y objetos cotidianos electrónicos a una red única son la característica principal de esta cuarta etapa industrial. La robótica representada en nanotecnologías, inteligencia artificial, impresoras 3D y drones ha superado la fase de los prototipos hace varios años y hoy se encuentra en pleno desarrollo.
El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), por su parte, está en una fase de formación e investigación aunque ya existen importantes avances en este campo como el Big Data (gestión y análisis de enormes volúmenes de datos), la tecnología financiera y el desarrollo de sensores inteligentes para aparatos electrónicos. Una vez que estos dos campos estén completamente desarrollados, la sociedad, la economía global, los procesos de producción y las cadenas de valor tendrán cambios significativos en todas sus dimensiones. En pocos años predominarán las fábricas inteligentes, las personas vivirán en ciudades inteligentes y se dirigirán a sus destinos en carros inteligentes.
Internet de las Cosas
El Internet de las Cosas representa un cambio del proceso de producción centralizado a un proceso de manufactura inteligente a través de máquinas con inteligencia propia; es decir, los aparatos actúan por sí mismos, se comunican con otros dispositivos mediante el uso de la red de redes y corrigen sus procesos sobre la marcha convirtiendo los datos recogidos de la Big Data en información útil.
En la actualidad, el IoT permite gestionar e interconectar electrodomésticos, sistemas de seguridad y entretenimiento desde un dispositivo móvil, por ejemplo. La información que reciben los aparatos conectados al IoT es almacenada, transferida, analizada, personalizada o automatizada sin intervención humana. De modo que, los problemas de producción pueden ser resueltos a partir del análisis de datos que la misma máquina hace, volviendo más eficiente el proceso y reduciendo el riesgo de error humano.
El IoT podrá aplicarse a diversos campos para optimizarlos: el medio ambiente, la agricultura, la energía, la industria, la seguridad, los transportes, el consumo, la salud, por ejemplo.
Distintas marcas como LG Electronics, han incorporado sensores en sus equipos electrónicos para dotarlos de inteligencia, poder conectarlos y gestionarlos a través de una misma fuente. Por ejemplo, la marca surcoreana ha desarrollado un Hub SmartThinQ capaz de monitorear y controlar electrodomésticos del hogar como lavadoras, refrigeradoras, hornos microondas, aspiradoras robóticas, equipos de aire acondicionado y toda una variedad de sensores.
Este dispositivo recopila la información de los electrodomésticos inteligentes para que los usuarios puedan activarlos, detenerlos o cambiar la operación que estén realizando de manera remota y sencilla.
LG y Ericsson firmaron un acuerdo de colaboración para el desarrollo de plataformas y estrategias de comercialización para redes móviles de quinta generación (5G), infraestructura necesaria para un óptimo funcionamiento del IoT.
El acuerdo implica que ambas firmas trabajarán en cuatro áreas claves para alcanzar la meta antes del 2020: infraestructura para IoT; el software y los sistemas de virtualización para redes 5G; el contenido global para las redes; y las plataformas avanzadas que soporten el IoT. Las acciones incluyen investigación, pruebas y desarrollo de sistemas de equipos.