La comunicación del Estado tiene que afinarse. Para Jorge Ramos Felices, gerente general de Cofide, los mensajes deben ser lo suficientemente claros, como para que no generen incertidumbre ni reacciones sobredimensionadas. Además, el país no se puede gobernar en función de las encuestas de coyuntura.
Ramos respondió así al ser consultado, en el marco del Día de la Banca y Finanzas 2013, por el amago de compra de Repsol por parte del Gobierno hace tres semanas. “La información que fue llegando al público no fue clara ni precisa, y creo que a raíz de eso hubo conductas que llevaron a pensar que habría un cambio de rumbo”, indicó.
“El tema de comunicación tiene que afinarse. Decir que no voy a hacer esto, luego de un tipo de intento de salirse del camino, y no comunicarlo correctamente genera incertidumbre”, explicó. Las reacciones por parte del empresariado a este evento –dijo– quizás fueron “sobredimensionadas”. Sin embargo, este tenía todo el derecho de manifestar su preocupación.
“Un amigo me decía que los funcionarios públicos son como perros, porque aprenden a ‘periodicazos’. Las señales tienen que ser claras –demandó el funcionario–. El Gobierno no puede cambiar sus decisiones porque en el periódico salió algo, que puede o no afectar su popularidad”.