Tras anunciarse el triunfo de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, al obtener el 50.66% de los votos en los comicios del domingo, el líder opositor Henrique Capriles solicitó al Consejo Nacional Electoral de ese país auditar el resultado electoral.
A pesar de los esfuerzos de la oposición y del respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA) en ese sentido, el órgano electoral venezolano se resistiría a atender el pedido del excandidato de 40 años, así lo sostuvo Farid Kahhatt, internacionalista de Centrum Católica.
Según explicó, el consejo no daría cabida al total de irregularidades que se habrían producido durante el proceso, dado a que cuenta con una mayoría oficialista.
La solicitud de volver a contar todos los sufragios por parte de la oposición obedece principalmente a la denuncia de 3200 irregularidades, mas no a la presunción de que el escrutinio en sí haya sido irregular, detalló el especialista.
En sus palabras, “la oposición no alega que el recuento de votos no haya sido el adecuado, sino que hay irregularidades de diverso tipo que -si se tomaran en cuenta- afectarían el resultado final. No es tanto que se haya contado de manera fraudulenta los votos emitidos (…) Presumo que van a tener poca acogida en el CNE”.
Votos del oficialismo
La suma de los votos obtenidos conjuntamente por Capriles y Maduro equivale a la cantidad total de los sufragios alcanzados por el fallecido mandatario Hugo Chávez y el líder de la oposición en octubre del 2012.
En ese contexto -mencionó Kahhatt- mientras el gobernador del Estado de Miranda cuenta con 600 mil votos adicionales a los de las elecciones pasadas, el autodenominado “hijo” de Chávez tiene 600 mil votos menos a los obtenidos por el recordado fundador del chavismo.
Para el analista, el Gobierno de ese país debería preocuparse de que “parte de los votantes del chavismo se pasaron a la oposición.”
Estallido social
Hace una semana, el equipo económico de Maduro elaboró un reporte titulado “Qué hacer”, donde se admite los serios problemas económicos que afronta Venezuela y, se prevé un posible estallido social en el corto plazo.
En el informe oficialista, se anuncia la inminencia de un quiebre económico que implicaría la reducción del PBI por más del 5%, un alza en precios de los alimentos que alcanzaría el rango de hiperinflación y un desabastecimiento del 50% de productos de primera necesidad.
¿Los sectores populares de la sociedad venezolana se movilizarían? De acuerdo a Kahhatt Kahhatt, si llegara a bajar el precio del petróleo, y sube la cotización internacional de los alimentos, una realidad que ya se está viendo, la situación seria de pronóstico reservado.
Empero, para darse un estallido social de grandes dimensiones, refiere, sería necesario una amplia capacidad de organización por parte de los movimientos sindicales, cuyos dirigentes -en su mayoría- se encuentran bajo el control del chavismo.
Observado
Por otra parte, al no contar con el liderazgo carismático de Chavéz, Nicolás Maduro tendría posibilidades de ser juzgado con mayor enfásis.
Si el desempeño económico es malo, y el Gobierno no logra mejorar -e incluso sacar de un eventual estacamiento- ciertos índices referidos a la pobreza y desigualdad, la situación le será adversa, finalizó el internacionalista.