AP.- El presidente de Colombia y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron este lunes un histórico acuerdo de paz, con el cual buscan poner fin a más de medio siglo de conflicto armado que deja decenas de miles de muertos y millones de desplazados en la nación sudamericana.
El jefe rebelde Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, pidió perdón a las víctimas del conflicto por “el dolor” causado durante la guerra y aseguró que están comprometidos en dejar las armas para sumarse a la política.
“Que nadie dude que vamos hacia la política sin armas”, aseguró el jefe rebelde Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, ante miles de asistentes a una ceremonia en esta ciudad del caribe colombiano.
“Nosotros vamos a cumplir y esperamos que el gobierno cumpla”, añadió.
El mandatario Juan Manuel Santos y el líder de las FARC formalizaron con su rúbrica el acuerdo que ahora deberá ser refrendado por la ciudadanía en un plebiscito el próximo 2 de octubre.
Ambos firmaron con un “balígrafo”, una pluma adaptada a partir de una bala usada en la guerra, en una ceremonia que comenzó con un coro de mujeres afrodescendientes alabando la paz.
El acuerdo negociado durante casi cuatro años, busca que las FARC abandonen las armas, se incorporen a la vida política como fuerza civil y se logre un resarcimiento de las víctimas. La guerra interna colombiana dejó más de 220.000 muertos, miles de desaparecidos y millones de campesinos desplazados a las ciudades.
En las Sabanas del Yarí, donde la semana pasada culminó la décima conferencia de las FARC, unos 1.000 guerrilleros se mostraron eufóricos cuando Santos y “Timochenko” firmaron el acuerdo.
“¡Sí se pudo, sí se pudo, sí se pudo!”, gritaron. “¡se vive, se siente ‘Timochenko’ presidente!”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confió que todos los colombianos se unan en torno al acuerdo.
“Aliento a las partes a que permanezcan fuertemente comprometidos”, dijo.
El acuerdo se firmó ante unos 2.500 invitados a quienes se les pidió vestir de blanco como símbolo de paz.
El 2 de octubre los colombianos tendrán la posibilidad de rechazar o avalar en un plebiscito el acuerdo que busca terminar con la guerra interna.
En una muestra de fuerte respaldo al acuerdo, la canciller europea Federica Mogherini anunció el lunes que la Unión Europea eliminó de la lista de organizaciones terroristas a las FARC.
“Estamos dispuestos a brindar nuestro apoyo político y a partir de hoy (lunes) suspendemos a las FARC de nuestra lista de terroristas”, señaló la funcionaria en un video grabado y subido a su cuenta de Twitter.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense John Kerry que se encuentra en Cartagena dijo que su país estudia una medida similar.
“Evidentemente estamos listos para revisar y tomar las decisiones, una vez que los hechos se den”, señaló Kerry. “No queremos dejar gente en la lista si no pertenecen (a ella)”, añadió.
Formalmente el camino que trajo a los colombianos a este punto comenzó a fines de 2012 cuando representantes de las FARC y el gobierno se sentaron a una mesa de diálogo inicialmente en Noruega y luego en Cuba. Sin embargo, Santos dijo la víspera que los primeros sondeos informales comenzaron al menos un par de años antes.
Según la última encuesta disponible 54% de los colombianos le dará su voto al “sí” en el plebiscito, frente a un 34% del “no”. El 12% de los consultados desconocía el tema o se abstuvo de responder, de acuerdo con el estudio realizado por la firma Cifras y Conceptos la semana pasada.
Para que el acuerdo de paz sea refrendado se necesitan poco más de 4,5 millones de votos de los 35 millones de ciudadanos aptos para sufragar.
“Yo estoy con la paz, ahora podemos reconciliarnos y si todos ponemos un granito de arena se puede llegar”, dijo a The Associated Press Ruth Alarcón, una manicura de 42 años que vive en el poblado de Carmen de Bolívar, a 120 kilómetros de Cartagena.
Unas 500 personas se dieron cita a primera hora de la mañana en Cartagena para expresar su rechazo a los acuerdos de paz. La manifestación contó con la presencia del expresidente y mayor opositor al proceso Álvaro Uribe (2002-2010).
“Sí queremos paz pero no aceptamos ese acuerdo porque la guerrilla no se arrepiente de verdad. Al final la guerra va a seguir peor”, se quejó Cristina Navarro, un ama de casa que acudió a la manifestación de paraguas rojos, amarillos y azules, los colores de la bandera de Colombia.
Las FARC, con 7.000 miembros, son la guerrilla en actividad más antigua de América Latina. El gobierno también realiza conversaciones para un desarme con el otro grupo rebelde que opera en el país, el Ejército de Liberación Nacional.