Tomado del Diario Financiero
“Yo tengo un punto de vista que sé que no es mayoritario en Chile, que es distinto de la postura tradicional de la posición de la Cancillería chilena”, dice el presidente de la Fundación Chile 21, Carlos Ominami y se nota que es así, ya que los periodistas peruanos enviados especiales a Santiago hacen fila para entrevistarlo mientras se realizan los alegatos chilenos y peruanos en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya a raíz de la demanda marítima peruana en contra de Chile. Dice que Chile ha sido “un mal compañero” en la Región y que los tratados son tales “cuando ambas partes están de acuerdo en que así lo son”.
¿Cuál es su convicción en este caso?
Más importante que el respeto a los tratados es que Chile sea un buen vecino y creo que Chile no ha sido un buen vecino. Ha sido un vecino egoísta con Bolivia, creo que Chile agravia a Perú cuando dice que este es un caso completamente inventado, que es un caso artificial. Yo no estoy de acuerdo con eso.
¿Qué le gustaría que pasara como resultado?
Yo no quiero que Chile gane en toda la línea, porque si Chile gana en los tres temas, no gana nada respecto de lo que tiene hoy y se crea un pleito con Perú, por lo menos, para los próximos 20 años. Perú está viendo hoy en este tema que tiene una pequeña reivindicación histórica. Si Perú pierde el triángulo externo, interno y el límite, es decir Humala (Ollanta) va a estar en condiciones muy complejas. Y el sistema político también.
¿Usted cree que Humala se va a negar a cumplir el fallo si le va mal a Perú?
Humala lo cumple, no tengo la más mínima duda, pero lo cumpliría en unas condiciones de agravio a Perú que son las peores que uno se podría imaginar. Esto es lo que pienso. A Bolivia le recuperamos territorio en la guerra, después un tratado en 1904 y llevamos 120 años de pelea, es decir, los bolivianos llevan 120 años buscando una solución a su problema. Entre una buena negociación y un mal pleito, prefiero una buena negociación. Yo habría intentado, habría explorado una buena negociación. No vaya a ser que salgamos de La Haya con un resultado que sea peor que el que podríamos haber obtenido con una buena negociación. No tengo idea, no soy juez, pero tengo sentido común.
¿Qué lo ha hecho tener esta postura tan políticamente incorrecta?
Creo que soy uno de los que inventó la frase de que Chile era un buen alumno pero un mal compañero en América del Sur y eso lo vengo diciendo desde siempre. Creo que es violento que cuando alguien dice que “yo no tengo un acuerdo contigo” decir “si tú tienes un acuerdo conmigo”. Los acuerdos son acuerdos en la medida en que las partes las consideren como tales.
A raíz de esta postura se podrían preguntar si Ud. tiene negocios en Perú…
No tengo un metro cuadrado de terreno, no tengo intereses pesqueros, no soy dueño de supermercado. A mí lo que me interesa es el futuro de Chile.
¿Qué hacer después de La Haya?
Nos hemos juntado chilenos y peruanos. Hemos hecho encuentros con los empresarios de Perú. Tenemos que hacer una agenda de futuro que incluya la integración energética. Entre Chile y Perú representamos el 50% de la reserva mundial de cobre. Podemos hacer cosas espectaculares. Hay que hacer planteamientos para mejorar el tema fronterizo. Reafirmamos que los negocios son importantes, pero esto no basta. Esto no es un problema sólo de negocios y de abogados top del mundo. No basta con los negocios porque aquí el problema es que hay una brecha gigantesca entre la confianza económica y política cultural. Hay una palabra maldita que es el militarismo chileno.
¿Algunos dicen que si Chile no se hubiese armado, no hubiésemos llegado a la Corte de La Haya?
En Perú se piensa que los chilenos son militaristas, que son una potencia hostil, agresiva y que está armada hasta los dientes. Y la otra palabra que es la desconfianza chilena que es esto que llaman el irredentismo peruano, es decir, del sentimiento de haber sido derrotados de mala manera en la guerra. Hay que romper con estas dos ideas.