A menos de un mes de las elecciones presidenciales, la coalición Actúa.pe, integrada por diferentes organizaciones sociales, llevará cabo el Foro Social Electoral: “Propuestas de la juventud frente a la desigualdad” este 19 de marzo, con el objetivo de colocar la lucha contra la desigualdad, desde una perspectiva de la juventud, en el presente debate electoral y escuchar las propuestas de las agrupaciones políticas.
“Los jóvenes consensuarán una agenda común que presentarán a los candidatos y que será la base para un diálogo entre jóvenes y candidatos, buscando que se tomen en cuenta sus principales demandas y visiones en los planes de gobierno”, dijo el colectivo Actúa.pe.
Indicó que en la actualidad existe el término “ninis”, con el cual se conoce a los “jóvenes que no estudian ni trabajan”, lo que representa una condición de verdadera exclusión social, que envuelve a un millón y medio de jóvenes peruanos en un círculo de ocio frustrante, obligatorio e improductivo, principalmente por falta de oportunidades.
“En Perú, más de 20% de las y los jóvenes, se encuentra en situación de pobreza. A nivel nacional, solo el 5% de jóvenes cuenta con estabilidad laboral”, mencionó.
Según la asociación, resulta importante que los candidatos presidenciales atiendan a este sector de la población porque constituyen el 25% del país, y por lo tanto, tienen un peso fundamental para el futuro.
“Este sector, como hemos señalado, carece de oportunidades y programas sólidos de impulso a la empleabilidad. Por otro lado, el 30% de los electores en el país son jóvenes, y por tanto, tienen gran capacidad de decisión en estas elecciones”, señaló en un comunicado.
Recordó que la falta de oportunidades que enfrentan los jóvenes hoy, es una expresión más de otras desigualdades que se viven día a día en el país y dio como que ejemplo que mientras el 70% de la alimentación del país proviene de la agricultura familiar, el presupuesto destinado anualmente a este sector no alcanza ni el 2.5% y la pobreza rural en el Perú se mantiene cerca del 46%.
“Por otro lado, en las zonas más pobres de Lima, se puede llegar a pagar hasta 10 veces más por agua que en zonas residenciales”, anotó.