PREOCUPACIÓN. Las noticias que nos han ido llegando acerca de la economía en las últimas dos semanas no son nada alentadoras que digamos. Según el BCR, el último trimestre del año pasado prolongó la desaceleración de la inversión privada por quinto trimestre consecutivo. En el periodo octubre-diciembre, esta mostró un incremento de tan solo 0.5% (el nivel más bajo desde el 2009). Es decir, prácticamente estancada.
Por otro lado, el crecimiento del PBI para el mes de diciembre que reportó el INEI (5%) quedó muy por debajo de las expectativas del Gobierno (6%-6.5%) y el crecimiento para el primer mes del año, según los estimados del Banco de Crédito, sería aún menor (4.8%). Datos como los despachos de cemento, venta de autos nuevos, captura de anchoveta e importaciones de bienes de capital, todos en retroceso en enero, apuntan en la misma dirección.
Es cierto que la recuperación de la confianza empresarial que comenzamos a ver en el último trimestre del 2013 tiene un rezago de hasta 6 meses para traducirse en inversión. Y si comparamos la inversión privada “desestacionalizada” del último trimestre, podemos ver que cayó menos que en el trimestre anterior, lo que podría significar el comienzo de una recuperación. Sin embargo, los recientes eventos políticos sumados a los datos antes mencionados pueden ayudar a crear un nuevo temblor mientras la confianza sigue débil.
El reciente cambio de gabinete no tiene porqué representar ningún peligro para la dirección macroeconómica del país ni mucho menos. No obstante, la cada vez más poderosa figura de la primera dama introduce incertidumbre y asusta a quienes les preocupa su postulación en el 2016, algo que sí terminaría por resquebrajar la confianza de muchos empresarios.
Este gabinete, por lo tanto, tiene la tarea de restablecer la institucionalidad dentro del Ejecutivo y garantizar la seguridad y facilidad de las inversiones en el país. Como ya hemos dicho, el gobierno de Ollanta Humala no tiene ningún megaproyecto bajo el brazo todavía.
El año pasado, el ministro de economía, Luis Castilla, dijo que para crecer a 6% se requiere que “la inversión privada siga creciendo por lo menos en dos dígitos”. Como están las cosas, empecemos mejor por asegurar su crecimiento.