DESARROLLO. Ayer se cumplieron 138 años del Combate de Angamos y esta fecha es una de las pocas donde miramos al mar, una zona que por lo general no aquilatamos en su real dimensión. Otro momento en que el mar tomó importancia fue hace apenas tres años, cuando el fallo de La Haya, que puso fin a la disputa de límites con Chile, le otorgó al Perú derechos soberanos sobre un área marítima de 50,172 km cuadrados, y aunque en su momento se señaló que ello podría significar un avance, en realidad hay bajas expectativas de lo que se puede hacer.
El mar es testigo de dos sectores productivos: la pesca para consumo humano directo y la pesca industrial (harina de pescado y conservas). Durante este año, la pesca ha sido uno de los sectores que ha liderado el crecimiento, pero el mar es mucho más que solo pesca.
El año pasado fue denominado “Año de la Consolidación del Mar de Grau”, en reconocimiento a la importancia de nuestro espacio marítimo en el quehacer nacional y de su ocupación efectiva y permanente, a través de las diversas actividades marítimas que nos ofrece la Cuenca del Pacífico, dentro de su agitado proceso de fortalecimiento y proyección mundial. Sin embargo, fue muy poco lo que se hizo para pasar de la denominación a acciones concretas.
El mar está subutilizado y en momentos en que debemos buscar nuevos caminos de crecimiento se debería analizar un cambio de mirada hacia él. Para ello sería necesario incorporar el desarrollo marítimo como política de Estado y todas las acciones que en este momento se manejan de manera aislada (como el Plan Nacional de Desarrollo Portuario o el desarrollo del sector pesquero), trabajarlas desde una sola mirada rectora que permita entrelazarlas buscando generar el mayor beneficio posible.
Lograr el desarrollo marítimo pasa por mejorar el tema portuario, ampliar la frontera de pesca, fortalecer la acuicultura, impulsar el sistema de cabotaje y de transporte de carga internacional, acompañado por la industria nacional de construcción naval y convertir los amplios espacios marinos costeros como paraísos turísticos de gran atracción nacional e internacional, todo ello acompañado de medidas que promocionen la inversión pública y privada, tanto nacional como internacional, en cada uno de estos pilares del desarrollo marítimo peruano.
El crecimiento del país también pasa por mirar el mar y no vivir de espaldas a él.