EL VIAJE DE PPK. Las relaciones de Donald Trump con América Latina no pudieron haber comenzado peor. Su primera acción hostil fue la eliminación de la versión en castellano del sitio web de la Casa Blanca. Y, a fines de enero, reiteró su promesa de campaña de construir un muro en la frontera. Como respuesta, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, canceló la reunión que tenía previsto sostener con su homólogo estadounidense.
Pero Trump parece ignorar que quienes cruzan la frontera provienen de muchos otros países y que las medidas que su Gobierno está aplicando o piensa implementar, desde la detención de inmigrantes indocumentados hasta el retiro de su país del Acuerdo Transpacífico (TPP), no afectarán únicamente a México sino al resto de la región. Hay que recordar que el TPP también tiene como miembros a otros países latinoamericanos (Chile y Perú).
En ese contexto bastante enrarecido, el presidente Pedro Pablo Kuczynski se convertirá en el primer mandatario latino en reunirse con Trump si, como se espera, es invitado a Washington, o quizás al club privado del magnate en Florida, donde pasa los fines de semana y en el que ya tuvo como huésped al primer ministro japonés. El sitio web de la Casa Blanca todavía no informa sobre ninguna cita –la única mención a PPK es la llamada telefónica que sostuvo con Trump el pasado 12 de febrero–.
Si se confirma la reunión, ¿de qué conversarán? Según la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz, se tocará el caso de Alejandro Toledo, quien se encontraría en Estados Unidos, negando los cargos levantados en su contra y alegando que es víctima de una “persecución política”. Se estima que si el expresidente no decide regresar al Perú por cuenta propia, su extradición no será tan complicada como fue la de Alberto Fujimori.
Otro tema que PPK tocaría con Trump sería la integración económica. Estados Unidos es el principal socio comercial del Perú (si sumamos el intercambio de bienes y servicios), además de un inversionista clave, de modo que será necesario cultivar una relación cordial. Si bien el carácter impredecible de Trump no asegura nada, PPK tendrá una oportunidad para plantearle que algunas de sus posturas proteccionistas –que ya ha criticado– no serán beneficiosas para nadie, ni siquiera para Estados Unidos.
