Una de las principales razones por las que una organización o empresa no alcanza los objetivos que se propone es por la pérdida del foco de sus equipos. Y ello ocurre tanto en el Perú como en el extranjero, por lo que sigue siendo un tema recurrente en foros, conversatorios o eventos globales, donde es abordado con gran inquietud.
En este contexto, el coaching es bastante útil para pasar de la distracción al ‘mindfulness’ y de ahí jalar la cadena hacia un estado en el que todo fluye, en el que el logro de las metas se hace cada vez más posible.
Cuando una organización no sabe a dónde va, no tiene claras su misión ni visión, tampoco sus indicadores estratégicos ni un plan de acción del equipo o, si los tiene, nada sale, sin embargo, en función de lo que se ha planeado, se encuentra en una etapa de distracción.
Es por esas razones que, en primer lugar, es preciso escuchar las voces internas, tanto las personales como las del equipo para de ese modo entrar en un estado de conciencia más profundo (‘mindfulness’). Solo a través de ello será posible concentrarse específicamente en aquello que es necesario conservar como profesionales o como equipo.
A partir de este punto, se hace factible pasar al ‘fluir’, que es cuando todo surge espontáneamente, sin esfuerzo.
Y eso ocurre porque el coaching permite desarrollar las habilidades que sean necesarias para que así las personas y los equipos sean totalmente conscientes de estos momentos. Los cuales les permiten sostener nuevas conversaciones enfocadas, teniendo inevitablemente la consecuencia de impactar de manera positiva en los resultados.
Omar Ossés
Docente de la Diplomatura de Coaching de la PUCP