El impacto del Brexit conduciría a la Reserva Federal (Fed) estadounidense a diferir nuevamente la normalización de su política monetaria y a mantener sin cambios la tasa de interés en su próxima reunión el miércoles.
El mantenimiento del statu quo no plantea dudas para la primera reunión del Comité de Política Monetaria de la Fed (FOMC) después del voto británico del 23 de junio en favor de la salida de la Unión Europea (UE), que ha seguido alimentando una fuerte incertidumbre económica.
“No vemos casi ninguna posibilidad de una mayor restricción monetaria durante la reunión”, indicó el gabinete High Frecuency Economics, resumiendo la opinión de los expertos.
Solo una ínfima fracción (1.7%) de los economistas interrogados por Wall Street Journal cree que las tasas de interés aumentarán el miércoles, después de que en diciembre el banco central decidiera poner fin a siete años de políticas de tasa cero.
Salvo que haya una sorpresa, la Reserva Federal de Estados Unidos mantendría, pues, sus tasas en el nivel actual (de entre 0.25% y 0.50%) para garantizar la fluidez del crédito y amortizar un eventual choque proveniente de Europa.
La incertidumbre vinculada al Brexit ya había ejercido a mediados de junio una presión favorable a mantener el statu quo cuando los miembros de la Fed juzgaron “prudente estar atentos (…) y evaluar” el resultado del referéndum, según la minuta de aquella reunión.
Las turbulencias bursátiles que siguieron al escrutinio se disiparon después, pero numerosas dudas quedan aún en el aire, especialmente sobre los futuros vínculos comerciales entre Londres y sus exsocios de la UE.
La inquietud continúa, luego de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisara a la baja sus previsiones de crecimiento mundial de cara a los importantes riesgos asociados a la degradación que el Brexit pueda provocar.
En estado de alerta
El impacto por ahora ha sido mínimo para la economía estadounidense, pero la Fed de todas formas permanece con los ojos bien abiertos.
“Es demasiado pronto para afirmar que el peligro ha pasado para la estabilidad de los mercados financieros”, declaró a mediados de julio Dennis Lockhart, presidente de la Reserva Federal Atlanta. “La Fed y otros políticos responsables deberán estar alertas ante cualquier señal de inestabilidad para el conjunto de la economía”, aseguró.
La situación de la economía doméstica tampoco sería motivo para aumentar las tasas en la próxima reunión de la Fed, que no tiene prevista una conferencia de prensa de Janet Yellen, presidenta de la Fed de Estados Unidos.
El mercado de trabajo estadounidense tuvo un mejor resultado del esperado en junio pero aún debe esperar a confirmar su recuperación después de que en mayo se registrara el nivel más bajo de creación de empleos en seis años.
Con una tasa de desempleo de 4,9%, el objetivo del pleno empleo que se fijo la Fed parece sin embargo una meta alcanzable.
En lo que concierne a la inflación, la otra prioridad de la Fed, los datos recientes en Estados Unidos indican que es baja, pero parecen mostrar que está cerca de alcanzarse el objetivo de un aumento anual de los precios al consumo de 2% anual.
“Las bajas cifras de inflación permitieron a la Fed evitar tener que tomar decisiones difíciles pero ese período llega a su fin”, aseguró por su parte Ian Shepherdson, de Pantheon Macroeconomics. “La Fed tendrá que pasar a la acción antes de fin de año”.
¿En qué momento exactamente? Después del miércoles, los 10 miembros del FOMC con derecho a voto se reencontrarán entre el 20 y el 21 de septiembre para una nueva reunión, cuando sabrán más sobre los efectos del Brexit y del estado de salud de la economía estadounidense. Sin embargo, tendrán que enfrentar otras incertidumbres, pues estará muy cerca la elección presidencial del 8 de noviembre.
Ya en la mira del candidato republicano, Donald Trump, la Fed podría dudar de tomar decisiones con amplio impacto económico, aunque Janet Yellen ha asegurado que éstas son independientes del calendario político.
“Nunca vi que las consideraciones políticas influyeran de alguna manera en las opiniones sobre las medidas que se deciden dentro de la Reserva Federal”, había declarado Yellen en marzo.