(Bloomberg).- Tras quemarse con la explosión de la burbuja del mercado accionario de China, Liu Yihui busca la salvación en la última manía de inversión del país: las propiedades en grandes ciudades.
El ingeniero civil de 35 años vendió sus tenencias accionarias tras sufrir una pérdida del 40% el año pasado y utilizó lo recaudado para comprar un apartamento de 5 millones de yuanes (US$ 763,464) en Shenzhen. Los precios en el centro comercial del sur del país se dispararon más de 50% en los últimos doce meses, el ritmo más veloz desde por lo menos 2011.
“La gente está un poco loca en este mercado, pero ¿qué se puede hacer?”, dijo Liu, que adquirió una hipoteca para comprar el apartamento, una propiedad de inversión que está alquilando. “Los retornos de las acciones fueron terribles, así que decidí poner mi dinero en inmuebles”.
En un eco de la fiebre de compras que propulsó las acciones chinas a valores insostenibles en junio, especuladores apalancados están comprando rápidamente casas en ciudades de primer nivel con la esperanza de que los precios sigan subiendo rápidamente.
El boom, alimentado por el estímulo monetario y una reducción de las restricciones a la propiedad en febrero, muestra cómo los esfuerzos del gobierno por revivir la segunda economía más grande del mundo conllevan el riesgo de alimentar burbujas de activos.
Clamor.
El clamor por comprar recuerda al boom del mercado inmobiliario chino que llegó a su pico en el 2013, antes que los entes reguladores instituyeran una serie de medidas para enfriarlo. Ellos empezaron a levantar algunas de esas restricciones en noviembre de 2014 y el mes pasado aceleraron las iniciativas para apoyar la demanda reduciendo los requisitos de anticipo y rebajando impuestos a las transacciones inmobiliarias. Las medidas —cuyo objetivo era reducir un exceso de casas sin vender en ciudades más pequeñas— elevaron los precios en los centros poblacionales más grandes del país.
La demanda también está recibiendo el impulso del estímulo monetario después de que el Banco Popular de China disminuyera las tasas de crédito de referencia seis veces desde el 2014, bajara los requisitos de reservas de los bancos e inundase de dinero el sistema financiero para mantener bajos los costos del crédito.
Como las bolsas locales están en un mercado bajista y los rendimientos sobre los títulos de ingresos fijos del país rondan los valores más bajos de la historia, los inversores observan pocas alternativas atractivas más allá de los inmuebles para colocar sus ahorros.
Insomnio.
El boom más extremo es en Shenzhen, donde los precios subieron 4% de diciembre a enero y avanzaron 52% en los últimos doce meses. Los valores en el centro financiero de Shanghái aumentaron 18% en los últimos doce meses y los de Pekín avanzaron cerca de 10%. Los precios en muchas ciudades de menor tamaño siguieron cayendo, aunque a un ritmo menor. Por ejemplo, en la ciudad de Shenyang, al nordeste del país, los precios de las casas nuevas retrocedieron 0.5% en enero.
“Las ciudades de primer nivel podrían correr el riesgo de sobrecalentarse debido a la liquidez abundante”, dijo Alan Jin, analista de Mizuho Securities Asia Ltd. en Hong Kong. “Algunas ciudades, en particular Shenzhen y Shanghái, podrían introducir medidas de ajuste en el futuro próximo”.
Para Yao Peirong, un jubilado de 61 años de Shanghái, el miedo a perderse el boom inmobiliario causó noches de insomnio. Tras ver cómo los precios subían por las nubes en una zona a más o menos una hora del centro de la ciudad, él compró un apartamento de dos ambientes allí por 6.6 millones de yuanes el 19 de febrero. Él tomó prestados 300,000 yuanes en una hora tras hacer su primera visita para asegurar la adquisición con un depósito.
“No podía dormir”, dijo Yao. “Los precios de las casas en este barrio subieron casi 11% en las últimas dos semanas”.