(Boston).- El mercado en Estados Unidos está preocupado por consumir productos que sean sostenibles, es decir, bienes cuyo proceso productivo sea tal que no ponga en riesgo al medio ambiente ni a la especie que se consuma.
Artisan Fish es una empresa que actúa como nexo entre los proveedores de productos sostenibles y los consumidores en EE.UU. Su CEO y fundador, Adrián Burstein, contó su experiencia, perspectivas y riesgos en este sector. Él es un promotor activo de los productos peruanos en el enorme mercado norteamericano.
¿Cómo nació Artisan Fish?
Artisan Fish es una empresa que fundé en el 2007. La visión y propósito de la empresa es traer al mercado productos que son sostenibles y naturales. Somos una empresa especializada en importación, comercialización y mercadeo. Lo hacemos únicamente con productos con los que podamos responder sobre su procedencia, básicamente que sean sostenibles y criados de manera apropiada de acuerdo a nuestros estándares.
Solo tenemos 3 productos, tres especies diferentes de recursos hidrobiológicos. Siempre estamos en busca de nuevos productos para enriquecer nuestro portafolio, pero es una labor tediosa porque tienes que encontrar los socios estratégicos en Perú que estén al nivel de los socios que buscamos.
¿Qué tanto ha crecido el sector de productos sostenibles?
Hemos visto un crecimiento de verdad vertiginoso. Al principio no había mucha demanda por los productos que estábamos promoviendo, pero hemos ido con el pulso del mercado y su necesidad de obtener productos que sean abastecidos de la forma adecuada. Hay un nicho en el mercado americano que pide productos sostenibles. Hay muchas conversaciones, todo el mundo habla de sostenibilidad, pero del dicho al hecho hay un tramo enorme. La realidad es que existe un nicho que se enfoca y está dispuesto a pagar los costos adicionales en los que hay que incurrir para traer productos de esta naturaleza.
¿Cuál es el principal reto para las empresas que producen sosteniblemente?
El primer reto en una industria que está caracterizada por commodities es el tema del precio. La realidad es que si tú vas a extraer pescado del mar, no te importa lo que extraes, vas a tener costos relativamente bajos. Si vas a invertir dinero en criar el pescado de forma sostenible, lo que involucra certificaciones y auditorias para certificar que está hecho de la manera correcta, tiene un costo que no todos los clientes están dispuestos a pagar.
¿Fue muy difícil fomentar el consumo de un pez como el paiche?
En el caso del paiche, el trabajo ha sido de llegar a cada chef como estrategia inicial. Poder encontrar chefs comprometidos con el proyecto. Es un tema muy laborioso. Encontrar los chefs dispuestos a promocionar un pez que nadie conoce. El chef tiene que estar muy involucrado en salir y recomendar el producto. El segundo paso es trabajar con los medios de prensa para poder dar a concoer el producto y ayudar a que los chefs se promuevan. Creas una sinergia mutuamente beneficiosa en los negocios.
¿En qué cosas cree que podrían fallar más los productores peruanos?
En calidad y abastecimiento. Cuesta mucho desarrollar relaciones en las que hay confianza. Trabajamos muy de la mano con los productores y entregamos lo que prometemos, pero lamentablemente no todos los proveedores van a poder responder a estas demandas. Hay un estándar que cumplir, hay que trabajar con seriedad y eso es el paso inicial para empezar a hacer negocios.
¿Cuál va a ser el desafío a futuro cuando despegue la preferencia por productos sostenibles peruanos?
Yo pienso que hay una capacidad limitada. Una cosa es la industria salmonera y la preferencia del consumidor americano por el salmón, el tamaño del mercado es enorme. En el caso del paiche, el mercado es bien limitado porque existen muchas otras alternativas, por más que el pescado tenga un número de virtudes que lo hagan único. El gran reto que yo veo es un fenómeno natural de competencia en el cual pudiera existir un espejismo de ampliación de mercado que tal vez no está ahí. Lo que ocurre en este caso es que tienes demasiado abastecimiento, demasiado producto y trayendo el producto abajo. El precio llega a caer, deja de ser rentable, alcanza la línea del costo y, bueno, se acabó el juego.