Pekín (Reuters).- Ford Motor Co. y sus socios locales elevaron sus ventas de automóviles en China en casi un 50 por ciento el año pasado, superando a los gigantes japoneses Toyota Motor Corp. y Honda Motor Co. y haciendo importantes avances en el mayor mercado automotriz del mundo.
Durante gran parte de la última década, Ford ha seguido el rastro de las principales automotrices japonesas, pero una gama de nuevos y renovados vehículos, incluyendo el modelo más vendido Focus, y una disputa territorial entre China y Japón ayudaron a la compañía estadounidense en el 2013.
La automotriz con sede en Dearborn, Michigan dijo el lunes que junto a sus socios locales, vendió 935,813 vehículos en China el año pasado, un 49% más respecto al 2012.
Ford aún está muy rezagada frente a General Motors Co y Volkswagen AG, que se espera que anuncien ventas de más de 3 millones de unidades en China el año pasado.
Toyota y sus dos socios locales en emprendimientos conjuntos vendieron alrededor de 917,500 unidades en China el año pasado, un alza de un 9.2% frente al 2012.
En tanto, el volumen de ventas de Honda en China totalizó 756,882 unidades en el 2013, un 26.4% más que en el 2012.
Expertos en la industria atribuyeron el aumento de ventas de Ford a su reforzada gama de productos. Desde fines del 2012 ofrece un par de pequeños vehículos utilitarios deportivos y el rediseñado modelo Focus.
Ford también añadió a su línea de vehículos al rediseñado Mondeo, una versión china del vehículo comercializado en Norteamérica como Fusion.
Lo que también ayudó a Ford fue una crisis de ventas que golpeó a las marcas japonesas en el otoño boreal del 2012 y que persistió durante el 2013.
Violentas protestas y llamados a boicotear productos japonesas surgieron a lo largo de China en el 2012, luego de que Japón nacionalizó dos islas en el Mar de China Oriental, conocidas como Diaoyu en chino y Senkaku en japonés, al comprar sus terrenos a propietarios privados.
Como resultado, las ventas de las automotrices japonesas en China cayeron fuertemente.
Toyota y otras compañías japonesas recuperaron sus ventas durante el 2013, a medida que se aliviaron las tensiones, pero las relaciones entre Tokio y Pekín podrían dar un giro de nuevo en cualquier momento.