Los Ferrari de la era de Magnum P.I. son la última moda

Este año, un Ferrari 308 GTB Vetroresina de 1976 estableció un récord mundial al venderse en US$ 357,500 en una subasta de Gooding & Co. en Scottsdale, Arizona.

(Bloomberg) “Hace cinco años habríamos recurrido a todos nuestros activos líquidos para comprar todo 308 que pudiéramos conseguir para vender en la actualidad”.

Así me describió el Ferrari 308 por teléfono Jonathan Klinger, de Hagerty, hace unos días. Le había preguntado qué pensaba de comprar los convertibles y las cupés de estilo Pininfarina de fines de los años 70 y principios de la década de 1980.

Se mostró entusiasta. Hoy el valor promedio de los 308 es de US$71.000, un 190% más que en 2011, según datos de Hagerty. En el caso de los raros 308 de fibra de vidrio fabricados en 1976 el aumento es de más de 200%. Este año, un Ferrari 308 GTB Vetroresina de 1976 estableció un récord mundial al venderse en US$357.500 en una subasta de Gooding & Co. en Scottsdale, Arizona.

“Los Ferrari de carrera eran los que acaparaban la atención y los más buscados”, dijo Klinger. “Pero llegó la hora de la generación que admiraba los 308, y está empezando a comprar. Los coleccionistas anteriores pensaban que los Ferrari de carrera de los años 50 y 60 eran los “verdaderos” Ferrari, pero los coleccionistas más jóvenes están cambiando eso”.

Es el auto que Tom Selleck hizo famoso en el programa de televisión Magnum, P.I., en el que condujo ese automóvil por Hawaii entre 1980 y 1989.

“Tratándose de un auto de los años 80, tiene un motor ágil y de gran sonido”, dijo Klinger. Sin duda el hecho de que el 308 no tiene el peso de adicionales como frenos asistidos, dirección asistida o un motor enorme también ayuda.

Si se quiere comprar uno hay que pensar en entre US$50.000 y US$300.000, según lo que se busque en el auto. Se estima que el valor se va a emparejar y estabilizar en los próximos años. Por ejemplo, ¿se busca uno que esté en su estado original y a la perfección? ¿Se busca uno para restaurar? ¿Se quiere uno ya restaurado? Todas esas cosas determinan cuánto se tendrá que pagar.

Lo importante, si se compra uno, es saber que repararlo costará mucho. Los repuestos abundan, pero son caros.

“Hay gente que compra esos autos porque puede pagarlos pero no necesariamente tiene ganas de o capacidad de pago para mantenerlos, de modo que los autos terminan por desecharse”, dijo Klinger. Una vez que se está al volante, sin embargo, el gasto habrá valido la pena. “Si me preguntan qué auto quiero conducir, si bien algo como el Lamborghini Countach sin duda es más llamativo, preferiría conducir el 308”, agregó. “Después de conducirlo, me doy perfecta cuenta de por qué la gente los compra”.

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