La lista de principales riesgos y oportunidades de este año deja en claro que el sector asegurador necesita ajustarse a un nuevo ambiente de menores retornos sobre activos y una regulación más estricta en todos los aspectos, desde asignación de capital hasta niveles de comisiones y trato al cliente.
Nuestro último estudio revela que las compañías del sector tienen cada vez menos ilusiones sobre los desafíos que les esperan. En su búsqueda de oportunidades de crecimiento, las aseguradoras se enfrentan con una escasez de talento, amenazas de riesgo cibernético y seguridad de la información, además de preocupaciones sobre el riesgo operacional y reputacional.
En nuestro sondeo, ejecutivos sénior del sector también señalaron las oportunidades a su alcance. Algunas involucran el uso de nuevos requerimientos regulatorios para crear ventajas competitivas aplicando con entusiasmo la gestión de riesgo de la empresa (ERM, por sus siglas en inglés) o reoptimizando las estructuras de capital. Otras comprenden emplear nuevas tecnologías para convertir enormes cantidades de información en un entendimiento completo de las necesidades del consumidor que pueden impulsar el lanzamiento de nuevos productos.
Alcanzar al consumidor
Un hallazgo clave de nuestro sondeo es que las compañías están renovando su foco en el consumidor para satisfacer la demanda de un individuo a la vez. Al mismo tiempo en que promueven las ventajas del seguro a una nueva audiencia más joven, las aseguradoras están rediseñando sus productos para una población que envejece y, así, poder interactuar mejor con consumidores que ya se acercan a la jubilación. Con una creciente interacción online y expectativas de los clientes cada vez mayores, no debería sorprender que mejor la distribución y el desarrollo de productos se sitúe como la principal oportunidad identificada en el sondeo.
Nuestro sondeo muestra que las condiciones macroeconómicas derivadas de la crisis fiscal, combinadas más recientemente con la crisis de la Eurozona, han puesto un freno a la habilidad de las aseguradoras para llegar a los consumidores. Asimismo, dichas condiciones están afectando también la visión de los clientes en sus necesidades de aseguramiento. Sin embargo, al mismo tiempo, los prospectos son brillantes para aquellas compañías que no solo puedan reconstruir sus canales de distribución para tomar ventaja de los nuevos hábitos de compra entre los consumidores, sino también encontrar nuevas maneras de impulsar a estos a la compra, presentando el seguro como una parte esencial y valiosa de la vida cotidiana.
En mercados de rápido crecimiento, la compañías que puedan “relanzar la marca” y alcanzar clientes para quienes los seguros son una nueva propuesta estarán bien posiciononados para cuando los ingresos de las familias crezcan. Y los nuevos mercados para los seguros no están limitados a las economías de rápido crecimiento: el segmento hispano en EE. UU. es un claro ejemplo de un mercado no tradicional creciente dentro de una economía madura.
En busca de agilidad
Cuando las perspectivas económicas son relativamente predecibles, la fuerte inversión en una línea de productos particular puede conducir a atractivas economías de escala. Pero los periodos de incertidumbre económica, particularmente si también existe un limitado acceso al crédito, pueden poner de cabeza este modelo, que fue exitoso durante la mayor parte del siglo XX.
Si se añade la velocidad del cambio tecnológico, una base de consumidores con una aproximación a la compra basada en experiencias y la proliferación de desafíos en el delivery, las virtudes de concentrar el núcleo del valor corporativo en un proceso de producción estandarizado y poco cambiante rápidamente desaparecen.
Con factores externos cambiando constantemente el ambiente de negocios, es necesario un profundo entendimiento de los requerimientos y expectativas del consumidor en permanente evolución. Las empresas que puedan evaluar con precisión y objetividad los prospectos de atender un nuevo grupo demográfico, estimar los riesgos comprendidos en desarrollar una nueva línea de productos y reducir el tiempo para llevar esta al mercado podrán ganar ventaja competitiva.
El criterio para el éxito se basa en la habilidad para adaptarse con velocidad, ya que una característica encontrada en la mayoría de líderes de los mercados es la agilidad.
La agilidad corporativa puede ser mejor descrita como la velocidad y habilidad con la que los negocios pueden identificar eventos internos y externos que podrían tener un impacto en ellos y con la que son capaces de reaccionar de una manera adecuada y oportuna.
Cambios y riesgos
Las empresas que hoy tienen el mejor desempeño están desarrollando flexibilidad en todos los aspectos del negocio. Esto es particularmente verdadero en el sector asegurador: las empresas que triunfarán serán aquellas que tienen claras estrategias que involucren reducciones de costos y generación de ingresos.
La regulación que se viene diseñando también podría proveer a las aseguradoras con oportunidades para el largo plazo. Las organizaciones que implementan una supervisión holística de sus portafolios de riesgos, con insumos entregados por varias unidades de negocios, pueden desarrollar una apreciación general del riesgo más precisa.
Asimismo, la determinación de los reguladores de promover resultados justos para los consumidores debería ayudar a aumentar la confianza de los stakeholders en la industria. Esto es particularmente crucial en la medida en que el sector se embarca en el desarrollo de nuevos productos que usualmente estarán dirigidos a segmentos del mercado poco familiarizados con la adquisición de seguros.
Esta nueva regulación también establecerá requerimientos de capital adicional para las empresas aseguradoras. En Europa, existe particular preocupación por Solvencia II, cuya finalidad es estandarizar el mercado asegurador del continente mediante el alineamiento de las regulaciones a través de las fronteras nacionales. A pesar de algunas demoras en su implementación en la región, lo sustantivo de Solvencia II ha sido también adoptado, total o parcialmente, por los reguladores alrededor del mundo. Ante la ausencia de una verdadera autoridad supranacional, Solvencia II brinda un marco para guiar a otros reguladores locales y regionales.