Bloomberg.- Docenas de inversores iniciales de Bernard Madoff están recibiendo ayuda de una fuente impensable en la pelea por mantener sus ganancias: el propio estafador.
Desde su reclusión federal en Butner, Carolina del Norte, Madoff dijo en una reciente declaración que fue un agente de valores legítimo durante décadas, hasta 1992. Previo a eso, dijo, era transparente como un cristal. Madoff hizo una afirmación similar en su declaración de culpabilidad hace ocho años, pero la cuestión no había importado realmente hasta ahora.
Se ha vuelto crucial para resolver alrededor de 80 juicios en los cuales Irving Picard, fideicomisario designado para manejar la disolución de la firma, está buscando unos US$ 100 millones en beneficios de un grupo de clientes que invirtieron antes de 1992. La cuestión central es cuándo comenzó el fraude. Si se inició después de 1992, esos clientes pueden llegar a conservar sus ganancias. Si empezó antes, pierden.
Los casos enfrentan la palabra del mentiroso más notorio de Wall Street a los reclamos de un fideicomisario con montañas de pruebas de una investigación de gran alcance que no halló evidencia de operaciones durante décadas. Hay un giro más: los registros reunidos últimamente a partir de microfilms restaurados han dado a los clientes esperanzas de que existan pruebas de transacciones genuinas.
La pelea obliga a los abogados a enfrentarse a uno de los mayores misterios de la estafa de Madoff. Lo que le importa a Madoff, empero, es salvar alguna pizca de su reputación --algo que podría haber hecho, dice, si él hubiera llevado su caso ante un jurado.
‘Mayor error’
“El mayor error que cometí fue no ir a juicio”, dijo Madoff en su declaración del 26 de abril, conforme una transcripción actualmente en documentos judiciales. “Habría convocado una cantidad de testigos expertos” para probar que él fue en su momento un operador entendido.
Los fiscales que enviaron a Madoff a prisión por 150 años presentaron evidencia en un juicio a sus cinco asesores principales de que prácticamente no se habían realizado operaciones mientras el estafador manejó el dinero. Picard ha hecho el mismo reclamo en cientos de demandas que intentan recuperar las ganancias falsas de inversionistas de Madoff.
Hasta ahora, recobró más de US$11.500 millones para inversores que perdieron US$17.500 millones en capital. Ahora está buscando casi US$500 millones más en 213 demandas contra antiguos clientes, incluyendo el grupo que dice que invirtió cuando el negocio de Madoff era legítimo.
Picard ha utilizado un método sencillo para calcular la situación financiera de los clientes: sus depósitos con Madoff menos el dinero retirado. Aquellos que fueron “perdedores netos” obtuvieron reclamos de reembolso, mientras que los “ganadores netos” fueron demandados por la devolución de beneficios falsos.
Pero algunos de los que invirtieron antes de 1992 dicen que el cálculo debería comenzar en 1992, porque hasta entonces Madoff operaba y generaba beneficios auténticos. En razón de que no ha habido pruebas concluyentes en uno u otro sentido, un juez ordenó la deposición.
El abogado de Picard, David Sheehan, pasó horas interrogando a Madoff, quien se jactó de sus proezas de inversión iniciales. “Empecé mi negocio literalmente con US$500”, dijo Madoff. “Para el 87, yo era un tipo rico”.