Los comensales del restaurante miraflorino la Huaca Pucllana pueden disfrutar de la gastronomía peruana mientras gozan de una vista magnífica: las ruinas del sitio arqueológico del mismo nombre, que fue construido por los habitantes del Valle de Lima durante el siglo V d.C. La armonía en la que convivien ambos recintos fue considerado durante la CADE 2013 como un “ejemplo maravilloso”.

El gerente general de Casa Andina, Juan Stoessel, enfatizó así que otros complejos arqueológicos de la capital pueden seguirle los pasos a la Huaca Pucllana para desarrollar su propio potencial, de modo que no solo sean lugares de distracción.

En esa línea, señaló que hay una iniciativa empresarial para seleccionar unos 10 sitios arqueológicos, entre ellos las huacas de Collique, Pariachi y Mateo Salado, para convertirlos en “productos turísticos en un tiempo prudencial”.

Si bien destacó el interés de Casa Andina de replicar el ejemplo del restaurante Pucllana, dejó en claro que no todos los recintos demandarían el mismo enfoque para despertar la atención de los turistas.

“Hay muchas huacas que pueden, perfectamente, tener infraestructura adecuada para ser apreciadas y cuidadas por la gente que vive alrededor, y tener los servicios necesarios y adecuados para lo que esa población requiere”.

Stoessel puntualizó que estas iniciativas buscan incentivar “el turimo interno y, en algún momento, el turismo receptivo que tanto bien le hace al país”.