En un esfuerzo por evitar y/o animar a que usted salte a las turbulentas aguas de la actividad empresarial, Forbes enumera tres signos reveladores que indican si está preparado o no para iniciar una trayectoria en el mundo empresarial.
Una relación ‘desarrollada’ con el riesgo
La mayoría de la gente piensa que a los empresarios les gusta tomar riesgos. No obstante, ese punto de vista no está ajustado 100% a la realidad. Lo que sucede es que los empresarios solo se ven en peligro de una forma diferente.
A los empresarios les agrada controlar los resultados. Por tanto, ellos siempre evitarán colocar sus esperanzas en una sola canasta, por eso, suelen apostar por varias ideas. De su tendencia a armar un rápido prototipo para cada una de esas ideas, nace su desdén por el riesgo.
Ese enfoque no significa que el empresario no va a asumir con valentía muchas probabilidades (buenas u malas). Sólo quiere decir que saltará del avión con cuatro paracaídas en la espalda.
Una visión optimista
Los empresarios realmente exitosos son optimistas. En el fondo, ellos creen que van a encontrar una manera de ganar, de perseverar, de hacer las cosas, a pesar de los obstáculos que se puedan interponer en el camino.
El optimismo es el ‘combustible’ de otra cualidad: la capacidad de recuperación. Y eso mantiene luchando a estos líderes incluso cuando otros están seguros de que todo está perdido.
Esa visión también es fundamental cuando se trata de ver oportunidades. Las personas optimistas son lo suficientemente capaces de ver posibles soluciones ante los escenarios más complicados.
Un paquete de energía
La mayoría de los empresarios va y viene constantemente. Es decir, permanece en actividad: busca información, convoca reuniones, presenta propuestas, sustenta los planes que tiene para la compañía, debate con sus colaboradores, analiza el mercado para enfrentar mejor la competencia, etc.
La alta energía es esencial para los que tienen iniciativa empresarial. Quienes recién dan sus primeros pasos en el referido terreno tienen que hacer muchos sacrificios para alcanzar sus metas: recibir salarios bajos, trabajar muchas horas, enfrentarse a una secuencia interminable de palabras negativas por parte de detractores que quieren parecer brillantes y hacerle frente a un gran número de desafíos. Eso sí, solo quienes tienen un alto potencial logran salir adelante.