Si usted ha sido recientemente tentado por una empresa para irse a sus filas, ¿qué es lo primero que ha evaluado? Si su respuesta fue el prestigio de la empresa, coincide con el grueso de sus pares, quienes colocan este aspecto como el principal (27.5% de respuestas) al momento de tentar otra oferta laboral, según la última encuesta realizada por Transearch International.
A esta le siguen, en iguales proporciones, el paquete remunerativo, el plan de carrera y las funciones y responsabilidades.
“Cuando una firma de recursos humanos llama a un ejecutivo para una nueva propuesta el tema remunerativo pasa a un segundo plano y se consideran aspectos más importantes, como el prestigio que la empresa que lo llama, porque eso implicará una mejora para su futuro. Esta tendencia se viene dando desde hace unos años”, precisó Jorge Velaochaga, director ejecutivo de Transearch International.
En tanto, si hablamos de cifras frías, los encuestados (un 64.9%) refieren que ante una propuesta laboral, el aumento salarial deberá ir entre el orden del 20% a 40% más sobre su sueldo actual.
Asimismo, el plan de carrera se considera vital al momento de pensar en una propuesta laboral. “Es importante, porque hay un ansia de crecimiento sobre lo que estamos haciendo. Una vez que lo conoces, lo dominas y ya puedes pasar al siguiente nivel con nuevas responsabilidades”, precisó el ejecutivo.
Hacia la competencia
Otro punto que destacó Velaochaga de la encuesta es que más del 60% de los encuestados afirman que consideran la posibilidad de ir a trabajar a la competencia. “Esto se debe a que el vínculo empresa-trabajador ya no es como antes y no se ve como un problema que un ejecutivo se retire”, indicó.
Así, refirió que un ejecutivo puede estar 10 años en una misma empresa, pero con una línea de carrera más lenta. Sin embargo, va conociendo el negocio, por lo que una propuesta laboral de la competencia puede verla con una curva de crecimiento más corta. “Puede aportar al crecimiento de la empresa competidora a donde está entrando”, sostuvo.
También comentó que algunas empresas tienen “un pacto de caballeros”, como el caso de Yanbal y Belcorp (propiedad de Fernando y Eduardo Belmont, respectivamente), donde entre ellos no convocan a sus ejecutivos, salvo dos años después de haber salido de la empresa. Similar panorama se da en el sector construcción, en empresas con importante nivel de facturación.