Para alcanzar el éxito, resulta necesario salir de su zona de “confort”. Es hora de abandonar sus temores. Ésto últimos solo lograrán obstaculizar la realización de sus objetivos. ¿De qué barreras deben deshacerse?
1. El miedo de iniciar su propio negocio:
La idea de convertirse en el líder de su propia empresa puede concretarse, si alberga la voluntad suficiente. Ello lo motivará a buscar los medios y recursos necesarios. Aunque ese tipo de control aterroriza a la mayoría de la gente, muchos deciden apostar por hacer a un lado la rutina.
2. El miedo de pedir un ascenso o un aumento de sueldo:
¿Cuando llega fin de año, hace una revisión anual de sus recientes éxitos y próximos desafíos? Si no lo hace cada año estrictamente, ¿reflexiona sobre ello cada cierto tiempo? Si respondió de manera negativa a ambas preguntas, probablemente su autoestima no se encuentre en los niveles esperados.
Si usted es consciente de que ha avanzado en cuanto al correcto cumplimiento de sus responsabilidades y siente que debe ser recompesado, ¿por qué no expresarlo?
Sea justo con usted mismo y nunca será tratado como un felpudo nuevo.
3. El miedo de hacer algo competitivo:
A nadie le gusta sentirse como si estuviera en la parte inferior del cuadro de indicadores, por lo que es intimidante iniciar una actividad competitiva. Sin embargo, resulta satisfactorio emprender el camino hacia la parte superior del marcador dentro de la actividad empresarial. Aunque quizá la vía a recorrer sea larga y pedregosa, los más feroces competidores lograrán alcanzar la cima.
4. El miedo a hablar en público. La mayoría de nosotros compartimos el temor de expresarnos frente a un grupo. No obstante, una de las principales responsabilidades de los líderes empresariales está referida a ofrecer una serie de instrucciones a los miembros de su equipo. Esta actividad se torna más sencilla de realizar a través de la práctica. Al igual que la escritura de artículos para encabezar un discurso en público.
5. El miedo de dar / recibir retroalimentación directa:
A nadie le gusta dar ni recibir malas noticias. Es complicado enterarse de que uno ha fracasado o se ha equivocado en cuanto a la toma de decisiones o similares. Del mismo modo, resulta desconcertante tener que decirle a alguien que no está sacando el máximo provecho a sus capacidades. Empero, desafiarse a uno mismo y a los que nos rodean es fundamental para mejorar a largo plazo.
6. Miedo de aventurarse:
Si realmente desea ganar experiencia, debe entender que es necesario pisar diferentes tipos de terrenos. Ello propiciará, además, su creatividad para adaptarse y enfrentar el cambio.
7. El miedo de seguir una pasión:
Aunque sea una persona adulta, no se sienta limitado para ponerse a prueba en diferentes campos. Si le gusta cocinar, mida su capacidad culinaria. Si le apasiona los coches, asista a las ferias de exhibición. Disfrute de aquello que le apasiona.
8. El miedo de tomar el camino menos transitado en cualquier área de la vida:
La mayor parte del crecimiento ocurre fuera de su zona de confort, permítase dar un salto y explorar áreas nuevas. Recuerde la siguiente frase: “La monotonía es la recompensa terrible de ser cuidadoso” (AG Buckham).