El más recurrente de las obligaciones propias del trabajo serían las políticas caras en las que muchas compañías argumentan que implementar ese tipo de iniciativa sería únicamente para las multinacionales que cuentan con grandes presupuestos, aunque la evidencia muestra que entornos laborales que favorecen la conciliación aumentan el compromiso y la satisfacción de los empleados que benefician la productividad.
Además, el tema del costo es relativo, pues la experiencia indica que los empleados suelen pedir cosas sencillas, como tener la tarde libre el día del cumpleaños de un hijo o flexibilidad de horario para entrar y salir del trabajo.
Un segundo prejuicio en las empresas es que no se pueden implementar iniciativas que favorezcan la conciliación en todas las industrias, porque existen puestos y tipos de trabajo donde simplemente dichas políticas no calzan. No obstante, es una idea que se contradice con un estudio del ESE realizado en 2013, el que arrojó que al menos el 50% de las empresas en Chile (de todos los sectores productivos) cuenta con políticas y beneficios que fomentan la conciliación.
Otro de los mitos que se le asocian a este tipo de beneficio es que las personas se aprovechan de ese tipo de políticas, aunque no existe ninguna evidencia ni dato duro al respecto. Como por ejemplo el caso de las mujeres con hijos pequeños.
Las empresas en su mayoría consideran que la familia pertenece al ámbito privado del empleado y que no debería establecer políticas que los incluyan.
Sin embargo, la primera responsabilidad social intra empresarial es permitir a las personas tener tiempo y espacios para la vida familiar.