Hace unas semanas estuve en Silicon Valley visitando Stanford, Cruise Automation y Lyft. Disfruté mucho ofreciendo el discurso de apertura de la ceremonia para los graduados de la Escuela de Negocios de Stanford, y fue emocionante conocer al equipo local de GM en tanto seguimos redefiniendo el transporte personal.
Esa energía me hizo recordar una conversación que tuve con John Chambers, presidente ejecutivo y ex CEO de Cisco Systems, en la que él habló sobre el arte de lo posible. Chambers dijo que en Silicon Valley la gente cree que todo es posible. Y, porque lo creen, entonces todo es posible.
Estoy totalmente de acuerdo, pero sería negligente si no mencionara que este modo de pensar se extiende más allá de Silicon Valley. Es en Detroit, donde GM y la ciudad están ambas en medio de un renacimiento. De hecho, se puede encontrar el espíritu de “nada es imposible” en todo el mundo.
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Cuando visualizo lo que hay en un gran lugar de trabajo, pienso en algo más que su ubicación, instalaciones y tecnología. Mi lugar de trabajo ideal se basa en esa actitud de “sí se puede” y se ve reforzado por las relaciones que creamos dentro y fuera de nuestras organizaciones. Con el fin de lograr esto, los líderes y los equipos deben:
Tener seguridad: un excelente lugar de trabajo hace de la seguridad un compromiso fundamental para los empleados y clientes que sirve.
Estar comprometidos: los empleados están entusiasmados con su trabajo, orgullosos de su organización y con ganas de mejorar su ambiente de trabajo. Se sienten valorados por hacer una labor significativa. Ellos confían en sus líderes y sus jefes confían en ellos y les dan autonomía.
Promover diversidad: un verdadero equipo es diverso, inclusivo y piensa en los clientes que atiende. La diversidad, en todas sus múltiples dimensiones, hace que los lugares de trabajo sean más fuertes, incluyendo la diversidad de pensamiento y experiencia.
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Tener libertad: cada empleado tiene la facultad de contribuir a su pleno potencial. Son alentados a contribuir y pronunciarse cuando algo necesita ser arreglado o mejorado.
Compartir el mismo horizonte: los empleados están comprometidos con la cultura y los valores básicos de la organización. Ellos trabajan juntos para ganar.
Tener determinación: los empleados están comprometidos con la excelencia. Lideran con el ejemplo y saben que de ellos se espera integridad, responsabilidad y resultados, por los que serán recompensados.
Un excelente lugar de trabajo crea un ambiente (y nos da la libertad) para aplicar el arte de lo posible. Y eso es exactamente lo que el equipo de GM está haciendo alrededor del mundo en la transformación de la movilidad personal.
Por Mary Barra, CEO de General Motors Company.