En algún momento de su carrera, usted probablemente ha lidiado con una situación estresante.
Sentirse exhausto, asustado y exaltado son solo algunas maneras de describir la tensión emocional y psicológica que llamamos estrés. Se sabe que causa problemas de salud y puede contribuir a un mal desempeño laboral.
Pero a veces tratar de eliminar el estrés por completo en realidad puede convertirse en su propia forma de tensión.
A menudo, el estrés se convierte en una profecía que se cumple por sí sola cuando duplicamos esfuerzos para hacer que nuestras vidas sean completamente serenas, pero eso solo nos lleva a frustrarnos cuando las condiciones externas no parecen cumplir con nuestras demandas para reducir la velocidad.
Aunque sin duda alguna hay pasos que podemos tomar para manejar el estrés y evitar el desgaste, es muy probable que aún necesitemos trabajar, ir al centro de labores, tratar con personas irritantes, y revisar nuestra siempre larga lista de mensajes de correo electrónico.
Más allá de simplemente apretar los dientes y aguantársela, tener la perspectiva de que ciertos tipos de estrés pueden ser en realidad útiles es algo respaldado por la ciencia. Según una investigación de Kirstin Aschbacher de la Universidad de California en San Francisco, si una persona no se sentía demasiado agobiada en un comienzo, las pequeñas ráfagas de estrés intenso de hecho ayudaron a proteger las células contra los efectos del envejecimiento.
Entonces, ¿cómo se puede trabajar con estrés de una manera que motive y contribuya a su bienestar general teniendo en cuenta que eliminar el estrés no es solo poco probable sino potencialmente perjudicial para su salud?
1. Evalúe los factores de estrés sin emitir juicio.
Analice de forma honesta su relación con las cosas que usted encuentra estresantes. Según el consultor de management, Karl Albrecht, el estrés tiende a caer en cuatro categorías generales: estrés de tiempo, estrés anticipatorio, estrés situacional y estrés de encuentro. Tome nota durante el día de las experiencias que lo hacen sentirse estresado, qué pensamientos e historias surgen durante esas experiencias, y que tipo de decisiones suele tomar. Trate de pensar en esto como si fuera una investigación, y deje de lado cualquier autojuicio u hostilidad. Puede utilizar un cuaderno para ser reflexivo. No tiene que cambiar nada, solo desea empezar a notar cómo el estrés opera en su vida.
2. Maneje las tensiones más pequeñas de forma regular.
Según una reciente investigación de Aschbacher, su capacidad para hacer frente a la tensión directamente en pequeñas cantidades es similar al fortalecimiento de un músculo. En realidad usted aumenta su capacidad de manejar el estrés al tratar con frustraciones diarias y pequeñas con regularidad, y de inmediato. Esto también ayuda a asegurar que usted no espere hasta el punto de quiebre le obliga a hacer frente a esos problemas.
Sobre la base de su reflexión anterior, puede desafiarse a sí mismo para hacer frente a las frustraciones diarias más pequeñas en el lugar de trabajo. Tal vez la parte más estresante de su día es interactuar con la gente en la cocina de la oficina, y por lo general usted lidia con esto evitándolo por completo. O tal vez el estrés de que su arduo trabajo no sea reconocido por su jefe lo está agobiando. Comience a fortalecer ese músculo de bienestar tomando los pequeños pasos necesarios para ser proactivo acerca de su experiencia.
Incluso si los pasos que da no “arreglan” el problema en última instancia, la sensación de hacerse cargo puede ayudar a aliviar algo de la tensión. Fíjese en las áreas en las que reacciona en lugar de responder. ¿Tiende a posponer la toma de decisiones acerca de ciertos temas? Haga de esos puntos de presión una prioridad para tomar cartas en el asunto. Si puede cultivar el hábito de tratar con las cosas de una manera oportuna, con un poco de previsión y no reflexión, usted comenzará a sentirse más como un participante activo en su vida diaria.
3. Encuentre un término medio.
Una pequeña cantidad de estrés puede inspirar, ayudarle a prepararse y ayudarle con el enfoque y las tareas cognitivas. Richard Shelton, MD, vicepresidente de investigación en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Alabama, Birmingham, señala que los bajos niveles de estrés en el sistema en realidad pueden llevar al cuerpo a crear productos químicos que conectan las neuronas en nuestro cerebro. Sin embargo, si el nivel es demasiado alto, usted podría desencadenar una respuesta conflictiva, de fuga o sin reacción.
¿Cuál es el punto ideal? Tenga en cuenta su reflexión anterior, y piense en las áreas de su vida donde esa explosión de energía puede servir como motivación. Note, sin juzgarse a sí mismo, cuando esto se inclina hacia un impacto más extremo al mirar los comportamientos que acompañan. ¿Cuándo la motivación se convierte en una razón para beber en exceso o evitar la interacción con la gente? Sea flexible y recuerde que siempre puede optar por ajustar las cosas.
4. Entienda que las situaciones estresantes sucederán.
Aceptar que la mayoría de los trabajos implicarán un cierto grado de incomodidad cambia su relación con la experiencia del miedo, la emoción que subyace en nuestra experiencia de estrés. Es útil recordar aquí que al igual que el estrés… el miedo, dolor y la incomodidad no son en totalmente negativos. El miedo nos ayuda a evitar el peligro y el dolor nos ayuda a darnos cuenta de que tenemos que llevar nuestra atención a un problema, ya sea una mano que tocó accidentalmente un sartén caliente o una necesidad que se debe atender en el lugar de trabajo.
Pero además de aceptar que estos aspectos pueden ser útiles, también podemos desarrollar estrategias para eliminar las fuentes de dolor y miedo por cuestiones razonables y saludables. Si un gerente es abusivo, o si el estrés ha llegado a un punto perjudicial para su salud, entonces, alejarse de esa situación y buscar ayuda podría ser la mejor opción.
El punto aquí es no seguir frustrándose a si mismo, sino tomar lo que ha aprendido mientras reflexionó y discernir entre lo que es importante aceptar y lo que es importante dejar ir. Una forma de hacer esto es recordar el enfoque más amplio. Tener metas profesionales claramente definidas y saber cuáles son sus necesidades y valores pueden de antemano ayudar a aclarar por lo que vale la pena aguantar y cuando es una señal de que debe hacer cambios.
Hay mucha gente que ofrece consejos sobre cómo hacer frente a situaciones muy específicas en el lugar de trabajo, pero cuando llega el momento, usted es la única persona que sabe realmente si una decisión es la correcta.
5. No se sienta mal por estar estresado.
La peor parte de sentirse estresado es a menudo cuando usted empieza a decirse a si mismo lo que esto significa para sus habilidades y capacidades. No empeore las cosas reprendiéndose a sí mismo o arremetiendo contra los demás. Utilice esta oportunidad para sentir realmente la experiencia y ver lo que puede aprender de ella.
Honestamente, lo que descubra podría ser que usted necesite salir de esa posición o lugar de trabajo, pero tal vez un ajuste menor en su rutina diaria lo ayudará. Usted no será capaz de darse cuenta de eso, si está ocupado recriminándose todo. Olvídese de las supuestas situaciones que hubieran pasado y mire lo que está sucediendo realmente.