“En las empresas, muchas veces nos topamos con directivos atados a conceptos errados, y cuyas decisiones son, entonces, confusas, deficientes, incorrectas. Podríamos decir que son ‘decisiones de caverna’”.
Esta es parte de una de las columnas de José Ricardo Stok Capella, director del Área de Dirección Financiera de PAD – Universidad de Piura, quién utiliza la alegoría de la caverna de Platón para describir la realidad del país.
Este y otros artículos, publicados en el Diario Gestión del 2010 al 2015, son recopilados en el libro “Empresarios y directivos de la Caverna de Platón”.
¿Los empresarios peruanos siguen viviendo en la caverna?
Las generalizaciones no son adecuadas, pero evidentemente hay algunas veces que algunos empresarios, y a todos nos pasa, confunden e interpretan diversas situaciones como hechos absolutamente reales y no lo son. A veces, es la falta de visión, o una visión un poco sesgada, por una formación no muy completa o por errores diversos.
Es frecuente que confundamos las cosas y no sepamos movernos todos en su real dimensión, eso ocurre, no es un problema general en todo el mundo, pero de vez en cuando le pasa a los gobernantes y a los gobernados.
¿Quiénes proyectan esas sombras en el contexto peruano?
Las sombres se nos vienen por diversas cosas, ¿no? Los hechos aparecen y solo vemos una parte de los hechos lamentablemente. Uno interpreta (según) su manera de ser o pensar, interpreta una indecisión parcialmente o equivocadamente, y eso está generando sombras.
Todos tenemos la obligación de informarnos bien y tener buenos criterios para poner valorar a las circunstancias, las decisiones, los hechos, adecuadamente.
Los empresarios son personas muy valiosas que tienen un trabajo esforzado, muchas veces contracorriente, y tiene que sacar adelante a su empresa, su familia, y la familia de sus colaboradores. En esa tarea, se encuentran dificultades y le hacen perder la visión de la realidad.
¿Cuál es la importancia de revisar los fundamentos éticos del empresariado?
La gran sombra que proyectamos todos los seres humanos es cuando nos desconcentramos de nuestra verdadera finalidad, cuando no sabemos cuál es nuestra finalidad, cuando no tenemos claro que tenemos que promover muchas virtudes (como) el desarrollo de los demás, la cordialidad en los demás.
Cuando no tenemos eso tan claro, entonces estamos proyectando sombras, y cuando vemos situaciones equivocadas, no sabemos cómo enfrentarlas con valentía. No decimos ‘esto está mal’ y proyectamos sombras, o dejamos que estas existan.
Del 2010 al 2015, ¿cómo han cambiado las prioridades de las instituciones y empresarios?
Los problemas de las personas o las instituciones son siempre los mismos, se repiten. Lo que se necesita para corregirlos o mejorarlos tiene carácter permanente.
Yo trato de dar -y agradezco mucho a Gestión que me permite poner mi comentario, algunas veces son temas más económicos, más empresariales o financieros- una visión que amplíe la mente de los lectores, y que le haga levantar la cabeza para ir más allá.
Muchas veces estamos inclinados para abajo y miramos nuestros zapatos, y los vemos hasta manchados, y esa (otra) mirada más larga es la que nos permite ver la realidad. Si miramos para abajo, es como (ver) la sombra.