Para Holly Magister, colaboradora de Forbes, los empresarios tienen éxito debido a los buenos hábitos que repiten día tras día, a medida que su negocio crece. Estas son las prácticas de los empresarios más exitosos:
Buscan el consejo de otros.
Los empresarios exitosos se distinguen por averigüar las experiencias que han tenido otras personas respecto a casos particulares. Guardan un especial respeto por aquellos que han estado antes que ellos y, por tanto, solicitan asesoramiento y consejos de esos otros.
Basan su accionar en una observación ‘macro’
Los empresarios tienen una habilidad especial para ver el panorama general antes que los demás y efectuar una acción decisiva como consecuencia de ello. No pasan mucho tiempo discutiendo nimiedades ni sumergiéndose en los detalles. Ellos aprenden a tomar una decisión a raíz de sus observaciones y actúan con rapidez.
Contratan a personas inteligentes.
Ellos disfrutan de un éxito increíble contando con un equipo de empleados y asesores que sabe más y, en muchos casos, es más inteligente y hábil para determinadas áreas o aspectos.
Por desgracia, los empresarios poco exitosos no están dispuestos a compensar a los que les rodean correctamente. Esto conlleva a tener equipos de trabajo deficientes que están más preocupados por su continuidad en la organización.
Reconocen el esfuerzo de los demás.
La humildad es una virtud y cuando está presente en el empresario crea un ambiente de trabajo que se basa en la responsabilidad y el respeto mutuo. Encontrar un negocio liderado por un empresario que reconoce y celebra los esfuerzos de los demás significa encontrar un negocio increíblemente valioso.
Mantienen una actitud positiva.
El entusiasmo mantiene el negocio por buen camino, incluso favorece la cohesión cuando las cosas no marchan del todo bien. Y es que cada negocio tiene sus altibajos. En ausencia de una perspectiva positiva, el empresario puede perder clientes, empleados y proveedores cuando los tiempos son difíciles.
Perseveran en momentos en que otros abandondarían el barco.
Algunos de los mejores recuerdos que los empresarios exitosos comparten después de haber vendido o transferido sus negocios son los que están relacionados con aquellos días en que su perseverancia era lo único que se interponía entre ellos y la quiebra de sus empresas.